27/01/2025
Una breve historia de las algas. 2°parte
El siglo XX fue testigo del auge de las aplicaciones comerciales de las algas. Durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial, el agar, una sustancia gelatinosa derivada de las algas rojas, adquirió importancia en la conservación de alimentos y en la investigación microbiológica. La carragenina, otro extracto de algas marinas, se utilizó ampliamente como espesante y estabilizador en productos alimenticios. A mediados del siglo XX también aumentó la conciencia sobre el papel de las algas en la salud ambiental. Al mismo tiempo, se reconoció el papel de las algas en el secuestro de carbono y la producción de oxígeno, lo que generó interés en las algas como herramienta para combatir el cambio climático.En el siglo XXI, las algas se han convertido en el centro de atención de las tecnologías sostenibles y la bioingeniería. Las microalgas, como la clorella y la espirulina, se cultivan para elaborar suplementos nutricionales debido a su alto contenido en proteínas, vitaminas y minerales. Los biocombustibles a base de algas también se están desarrollando como fuente de energía renovable, lo que ofrece la posibilidad de ofrecer alternativas más limpias a los combustibles fósiles. Además, las algas se utilizan en el tratamiento de aguas residuales, la producción de bioplásticos e incluso como fuente de compuestos bioactivos para productos farmacéuticos y cosméticos.Las algas siguen siendo una herramienta prometedora para abordar desafíos globales, como el cambio climático, la seguridad alimentaria y la energía sostenible. A medida que los investigadores exploran formas de maximizar el potencial de las algas en la captura de carbono, la biorremediación y la producción de energía, las algas pueden desempeñar un papel crucial en la conformación de un futuro más sostenible.