Licenciada Graciela H. López, Buenos Aires (2025)

30/10/2025

MIRANDO EL PROPIO OMBLIGO

Dijo: “Vuelvo otra vez a hacer psicoanálisis, aunque ya lo probé sin resultado”
Había probado también homeopatía, diversas terapias alternativas, holística, bio decodificación, reiki. Ahora buscaba temas sobre neurociencias y también hacía meditaciones con mindfulness por internet. Buscó durante toda la vida la explicación de sus miedos, sus enojos y conflictos del pasado, sobre todo su agorafobia (conocía todos los términos). Buscaba razones y exponía como una experta sobre todas las zonas del cerebro. Declaraba “modestamente” que era una persona “profunda” y empática. Había indagado mucho sobre sí misma. Pero demasiado. Se enojaba con su familia. También con algunos médicos que contradecían sus dichos. Tenía explicaciones teóricas que provenían de los distintos tratamientos y también seguía consejos de algunos manuales de auto ayuda.
Pero en realidad todo giraba en redondo, empezaba y terminaba en ella. Todo el día sola, haciendo gimnasia en casa, “investigando” con la computadora. No podía ayudar a otros “por el tema de la ansiedad”
Tenía tanto miedo al mundo, que parecía más bien un rencor Tanto enojo, que justificaba su conducta sin poder pedir disculpas.
Tanta teoría al divino botón.
Me pregunto si con la enorme difusión de teorías “psi” de todo tipo no habremos contribuido a extender estas patologías. Como psicoanalista, tendré que hacerme cargo de la parte que me toca.

29/08/2025

LA ENOJONA
PREFACIO
Mensaje telefónico: “Quiero pedir turno para mi mamá, es buena pero terrible cuando le agarra el ataque. Se enoja por todo, pero no lo dice y hay que estar adivinando su cara de c**o. Siempre me hace sentir culpable, toda la vida nos hizo responsables de su sufrimiento. Me quiero ir, mis hermanos me ayudan y ella está como loca, pero yo no doy más. Nosotros vamos a pagar sus honorarios. Por favor si la puede ayudar. Disculpe el mensaje tan largo.
LA ENOJONA EN ACCIÓN
Entra diciendo: “No se ofenda, yo no creo en los psicólogos, pero ella insiste”.
“Ella” es la hija de 18 años que se quiere ir de la casa. Dice: “El mayor se fue hace rato. Quedé con la nena. Los críe sola y les di lo mejor de lo mejor. Son lo que más amo en la vida. ¡Es una ingrata! También tengo una hija de mi primer matrimonio, que no me habla. ¡Y ahora esto con la más chica!
_ ¿Vos sabés por qué se quiere ir?
_ Dice que la sigo retando, que de chiquita le dejaba de hablar por varios días y ella no sabía qué había hecho mal y lloraba sola, de noche”
Se le quiebra la voz.
Durante varias entrevistas habla de su dolor y sacrificio. Se siente agraviada. De vez en cuando sus hijos mayores le mandan mensajes. Pero ella “les quiere hacer pagar” y muchas veces no les contesta.
_ ¿Nunca pensaste en tratar de arreglar las cosas con ellos?
_ “¿Yo? ¿Por qué? Si son ellos… ¡Cría cuervos!”
Pasó mucho tiempo solo quejándose, hasta que un día hizo una pregunta:
_ “Mi hija me dijo “pasiva agresiva” ¿eso que quiere decir?”
_ Que sin hablar podés hacer mucho daño porque es un silencio lleno de bronca. ¿Vos sabés por qué estás tan enojada?
_ “¡Usted me hace enojar!” grita llorando “¡Y ellos también”!
“Algo” la hace enojar, pero no son precisamente los demás. Es algo subjetivo que le produce ese permanente sentimiento de ofensa y de injuria. La causa no está en los otros. Fueron difíciles tres años de tratamiento, con alguna mejoría relativa.

Vuelve a consultar varios años después. Desde que viven separadas madre e hija se llevan mejor. Ahora va a ser abuela y quiere “limar las asperezas de su carácter” para recuperar a sus hijos y para que el nieto por nacer, la quiera.
A veces los niños vienen con una reconciliación bajo el brazo.

23/07/2025

HIJA ÚNICA DE MADRE VIUDA
La madre reclamaba a los hijos. Siempre fue hipocondríaca, pero con los años se agravó. Las visitas al médico fueron moneda corriente y tenian que llevarla, esperarla, comprar remedios y hacer por ella cualquier trámite. Tenía un modo insistente y quejumbroso que los hacía sentir agobiados y culposos. Oscilaban entre “pobre mamá” y “no la aguanto más” La mayor se casó y se fue a vivir afuera. Y pronto la siguieron los dos del medio, cada cual a un país diferente.
La hija menor quedó “atrapada”. Los hermanos mandaban buen dinero, y a veces llamaban. Le decían que eran “mañas de la vieja” ¿Pero si estaba realmente enferma? Una vez la encontró desmayada. Había tomado muchas pastillas “para bajar la presión” Otras veces no comía.
_ Mamá, te busco un psicólogo.
_ Yo no estoy loca.
Nueve horas de oficina y de vuelta a casa. Algún novio que la dejó cuando se cansó del eterno “mamá sin mí no puede vivir”
Después de tantos años de médicos de urgencia y visitas a la guardia, taquicardias, intoxicaciones y descomposturas, la señora decidió internarse y vivir en un geriátrico. Ella sola tomó la decisión. Quería tener a mano médicos las 24 horas.
En vez de alivio, la hija sintió una extrañeza sin par. Iba casi todos los días a visitarla. No dormía bien y estaba angustiada.
Así llegó a la primera consulta, porque había descubierto a sus 44 años que no era “mamá no puede vivir sin mí” sino sobre todo al revés.
Mejoró y cambió, claro que sí, pero esa es otra historia.

04/07/2025

EL MEJOR AMIGO DEL PERRO
“¡Ya lo hablamos, Carolina! ¡habíamos acordado que no lo ibas a hacer más!” dijo indignada la señora a su perra, que no parecía arrepentida. Pero la mujer le reprochaba: “Me estoy sintiendo mal por vos”. Me reí. Recordé que yo le hablo a las plantas, pero pensé que al menos lo hago en privado. Fui hasta el negocio de comidas. Al entrar, había un galgo enorme (suelto) que ponía sus patas delanteras sobre el mostrador. El dueño del local, mientras envolvía paquetes, le hacía fiestas al perrazo y muchos sonreían. Nadie pareció advertir que los animales no tienen que entrar a los negocios. (Y yo, cobarde, no me animé a ponerme tanta gente en contra)
Por la tarde, un paciente me contó que la chica que había invitado por primera vez a su casa resultó “muy mala onda”.
_ ¿Qué es lo que salió mal? pregunté
_ “Me pidió que sacara a Rocco de la cama”, dijo “pero yo vivo en un monoambiente, si ella no entiende que es su cama también, que se vaya” Rocco es un Rottweiler.
Además, en mi edificio, se escucha aullando todo el día, al siberiano de un vecino, encerrado en un departamento de dos ambientes.
Claro, es más fácil llevarse bien con una mascota que con otro ser humano. No te contradicen, no opinan ni quieren negociar derechos. Parecen escuchar y comprender, así uno puede tener la razón en todo. No van a la escuela, y no hay que comprarles ropa y calzado. Aman incondicionalmente a su dueño. Me dirán con razón que son una gran compañía y eso es hermoso. Pero hay gente llamándolos “perrhijo”
Ni hablar de los que les atribuyen inteligencias y poderes superiores. Reemplazan a los hijos por animales y eso me asombra. Sigo pensando que ambos se merecen amor y cuidado. Pero un niño es un niño y un perro es un perro.

24/06/2025

LA EXPECTATIVA
Tenían un conflicto con el dinero. Ella con su sueldo estable “pagaba todo”, frase que él contradecía diciendo “todo no”.
Lo cierto era que la esposa estaba incómoda y él no parecía afligido. Solo lo preocupaba el “constante mal humor de su mujer”
Ella le reclamaba como una madre a un hijo adolescente y haragán, pero se ocupaba en gran medida de la casa y de pagar las cuentas. Pregunté lo obvio, para resaltarlo.
_ ¿Para qué quieren tener estas entrevistas?
Y él contestó también lo obvio:
_ “Yo no quería, pero ella insistió”
Ella dijo: “Para ver si nos puede ayudar a cambiar (risa avergonzada) bueno, a él”
Decidí no atenderlos juntos, pero le propuse una entrevista a ella
Dijo casi indignada:
_ “¡El que tiene que cambiar es él! ”
_ Pero la que está angustiada y necesita ayuda sos vos.
Su enojo se transformó en un increíble llanto de varios minutos. Pero se animó a consultar sola y fue descubriendo los enormes rasgos ilusorios con los que había adornado a su pareja y la formidable expectativa de que él cumpliera con algo que ella soñó, pero jamás dijo y él nunca prometió.

22/05/2025

PERFECTAMENTE INÚTIL (Fragmentos de entrevistas)
De pequeña era “tranquila, dócil y muy delicada de salud”. Parecía torpe con las manos, así que le ataban las zapatillas, en el recreo algún chico le abría el paquete de galletitas y en el aula, otro le sacaba punta a su lápiz. Siempre decía sonriendo “gracias, a mí no me sale”. Y tal vez ese fue el patrón de su vida. Primero se ocuparon los padres, después los hermanos, más tarde el esposo y luego los hijos (que su mamá ayudó a criar). Siempre tuvo mucha ayuda doméstica y así transcurría la vida hasta que a sus cincuenta y ocho años falleció el esposo. No estaba al tanto de las cuentas del marido y aun después de dos años, no logra hacer ningún trámite bancario. Pero sabe que tiene bastante dinero y a quien recurrir para disponerlo.
En una las entrevistas, después de saludarnos, se le cayeron los anteojos de sol al suelo. Quedó esperando que yo se los recoja, pero no me moví. Al fin, se agachó y los levantó.
Dice: “Es que soy muy delicada de salud”, a veces parezco una inútil” Lo señala como diciendo: “yo soy así” Cuenta que está desorientada desde que murió su esposo. “Él se encargaba de todo porque sabía mi situación”
Cuando le pregunto cuál es su situación, queda algo desconcertada, pero se repone y contesta: “Soy muy delicada y sensible, todo me hace mal”
Ahora vive con la hija y el yerno, pero está muy incómoda.
Tiempo después, le pregunto:
_ ¿No será hora de volver a tu casa?
_ “¡No! ¿Quién va a cuidarme?”
_ Yo te creo capaz de cuidarte sola y administrar tu propia vida.
_ “Vos no me conocés tanto”
_ Pero sé que sos inteligente y que a veces te servís un poco de los demás para que hagan las cosas por vos.
Se indignó y se fue ofendida, dando un portazo.
Volvió al cabo de algunas semanas. Cada tanto se repite la escena. Creo que ya lleva como seis ofensas conmigo, pero ha hecho unos cuántos cambios y sé que en algún momento va a volver.
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09/05/2025

FRUTA AUN VERDE
Son muy jóvenes y consultan en pareja. Se irritan, no se aguantan, se insultan y maltratan “de palabra, pero mucho”
_ “Yo me ahogo” dice ella
_ Si, en un vaso de agua, ironiza él
_ Creo que me ahogan tus idioteces, devuelve ella. Y así siguiendo
Se conocen hace apenas ocho meses. Se quieren mucho y los dos cuentan que se llevaban muy bien y pasaban momentos felices.

_ “Pero hace dos meses él se vino a vivir conmigo”, dice ella, y se pone a llorar.
_ “Nos salió lo peor de cada uno” agrega él mientras le apoya la mano en el brazo a ella en señal de consuelo.
La historia es común en estos días,
El alquiler de él se volvió imposible. Ella está pagando con esfuerzo un departamento de un ambiente.
Lo demás se entiende fácil. La falta de dinero es coercitiva y perjudica los vínc**os y las vidas de las personas. Se vieron precipitados a una convivencia prematura y no deseada. Desde luego puede haber conflictos internos y problemas subjetivos, pero en principio el “incendio” es, a las claras, esa falta de espacio que los determina con más fuerza que nunca. Se reprochan como si fueran enemigos. Solo puedo ayudarlos a que vean que la hostilidad y el problema son externos a ellos y pueden “asociarse” para pensar una solución que les permita seguir su pareja, pero no vivir juntos. Por ahora. Después verán.

28/04/2025

Virgen de tratamientos psicológicos

En Buenos Aires o grandes ciudades, donde ha tallado el psicoanálisis en la cultura, posiblemente una persona puede llegar diciendo “Estoy muy triste desde que murió mi mamá” y hablar de su duelo.
Pero no fue el caso de este humilde hombre mendocino que trabajaba en la extracción de minerales en la montaña, donde no había señal para conectarse.
Solo a las siete de la tarde bajaban al valle y ahí con esfuerzo consiguió hablar por teléfono. Estaba buscando un médico, no sé ni cómo tenía mi número.
Le dije que era psicóloga. Quería un remedio porque estaba muy desganado y triste, cuando él toda la vida había sido activo, jugaba al fútbol, iba a bailar con su esposa.
“Todo eso se terminó, no quiero hacer más asados ni levantarme los domingos, me levanto para trabajar y llevar el pan. Mi señora se enoja porque no le pongo voluntad”
No logró identificar desde cuándo estaba así, solo era ese desgano difuso. Tampoco sabía detectar un suceso o situación que tuviera que ver con su cambio. Solo se quejaba y contaba anécdotas de “antes” y “ahora” Hasta que dijo que en esos días tenía que ir con el hermano a vaciar la casa de la madre que ya no estaba.
_ ¿Cuándo falleció su mamá?
_ Y ahorita se va a cumplir el año y medio
_ Puede ser que esté triste desde que murió su mamá. Usted está de duelo y es lógico.
Después de un gran silencio dijo
_ ¿Estoy de luto? ¿pero tanto es normal?
_ Completamente normal
_ ¿Y se me va a pasar?
_ Si, con el tiempo. Falta un poco y ese tiempo no es para todos igual. Puede tardar.
_ ¿Pero le puedo decir a mi señora que es normal?
_ Si, es muy normal y nos pasa a casi todas las personas.
_ ¿Entonces no tengo que tomar nada?
_ No. Solo esperar. Puede conversar con su esposa, su hermano, mirar fotos si tiene. Eso ayuda.
_ Bueno, gracias Doctora.

No volví a saber de él. No llegamos a hablar honorarios. Son esos casos que tomo como “Servicio a la Comunidad”

11/04/2025

DEBUT Y DESPEDIDA
Vino a consultar porque estaba muy angustiada. Se había peleado con sus amigos que la trataron de rígida, inflexible y muy estructurada. Ella se defendió, alegando que esos dos eran “puro desbarajuste” incapaces de mantener ordenado un lugar.
Junto a su amiga y un compañero, habían planeado vacaciones y los tres alquilaron un departamento en la costa. Hacía tiempo que se conocían y salían juntos. “Éramos cómo hermanos” dijo. Se contaban sus vidas, sus novios y sus problemas. Pero “la convivencia fue un desastre”
_ “¡No se pueden dejar los platos sucios para después!” dijo con convicción. “Además, se levantaban a cualquier hora y todo el tiempo había desorden y miguitas por todas partes”.
Dijo orgullosa “En mi casa se podría comer en el piso” En quince años de vivir sola había desarrollado al extremo su obsesión por la limpieza y el orden, sin que a nadie le molestara.
En esas vacaciones, estalló una gran pelea, porque los otros dos no querían seguir su ritmo. “Si querés todo TAN ordenado, hacelo vos” le dijo el amigo. Y la amiga se quejó: “Nos tenés al trote todo el tiempo mandoneando”
Le pregunté si tal vez podía aceptar que tenían una parte de razón. Primero lo negó. Luego dijo que muchos le decían “obse” y que creía que su última pareja la había dejado por eso. Se le quebró la voz. Pero se recuperó rápidamente:
“¡También! Él era un mugriento y yo tenía que ir atrás limpiando” dijo, anulando su primera conclusión que era la verdadera.
Y así, continuó varias veces, afirmando algo y borrando lo dicho con la siguiente frase.
Para salir de ese círc**o sin salida, que se adivinaba eterno en su discurso, le dije:
_ No se pueden dejar los platos sucios para más tarde, y este problema tampoco puede quedar para después, sin atender.
_ ¡Es que yo no tengo ningún problema! contestó ofendida
_ Pero entonces ¿por qué consultás?
_ Para descargarme y sentirme mejor. Pero los que tienen que cambiar son ellos. Y con una exclamación dijo “¡Y me tendrían que pedir perdón!” Tomó su cartera y dio por terminada la entrevista.

04/04/2025

POR PURO TEDIO
Iban a cumplir 30 años de casados. A los 25 tuvieron problemas de salud. Ahora, los hijos ya autónomos, propusieron una fiesta, pero ella no aceptó. “Si querés hacemos un viaje” ofreció él, sin mucho entusiasmo.
Quedaron en silencio. Los espantaba pensar en pasar solos y juntos tantos días. Hacía mucho que no tenían nada para decirse. Casi nunca peleaban, más bien llevaban muchos años de educado hastío. Al menos en su casa, tenían otros recursos de autonomía ¡pero viajar! Ninguno se animó a hablar del tema y lo dejaron pasar, como habían hecho toda la vida. El aparente secreto de buena convivencia había sido “dejar pasar”
¿Y festejar qué? se dijo cada cual para sus adentros y se contestó a sí mismo, claro por tener una familia, que no es poco, pero.
Sin los hijos en casa y con ese número de aniversario, algo se sacudió.
Él esposo volvió a tener problemas con su úlcera. El médico le recomendó psicoterapia “pero ni loco” dijo él. La esposa tuvo una idea: “¿Y si te acompaño?”
Cuando ella me pidió hora, acepté la extraña propuesta. Él se iba a atender y ella lo acompañaba y entraba a la consulta como si fueran al médico clínico. Me causó ternura, y así empezaron, hablando de las dolencias corporales de él. Aún no sabían que el enfermito era el vínc**o entre ellos.
Tenían 52 y 53 años en ese momento. Semana tras semana, despacio, pudieron hablar mucho de lo “no dicho” durante la vida. Se asombraron de lo que cada uno había resignado, se indignaron, lloraron, se enojaron y al final llegaron a una buena conclusión: El tácito proyecto había sido “formar una familia, tener hijos y educarlos”. Pero ese propósito había terminado. Con dolor descubrieron que no tenían otros intereses en común. “Ahora vivimos sin emoción” dijo él. Y ella reconoció, “No tenemos incentivo” Ambos se miraron cuando pregunté por el s**o. Coincidieron en que “Nunca fue la gran cosa”
Decidieron separarse amigablemente. En ese momento terminaron las sesiones y nos despedimos.
Con el tiempo, ella se mudó a un lindo departamento cerca de la facultad, porque decidió terminar su carrera. Y la terminó. Él formó una nueva pareja y disfrutó de hacer viajes. Me enteré, tantos años después porque ella, ahora abogada, me llamó para ver si yo podía atender a un cliente suyo.
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PD: La imagen es obra del dibujante Tute

22/03/2025

¿MATCH?
Vamos a llamarlos María y Juan. Después de prepararse todo el día, ella volvió frustrada y triste de la cita. “Te propongo conocernos en vivo y en directo”, le había dicho él. Hubo charlas previas y ella decía entusiasmada “hicimos match inmediatamente”
Después de tantos audios, mensajes, videítos y fotos enviadas y recibidas llegó la gran noche. Se encontraron en un lindo restaurante que él propuso. También sugirió el vino y entusiasmado quiso elegirle el plato que “sí o sí, tenía que probar” Pero ella se mantuvo en su elección.
Juan habló largamente sobre su vida, su carrera y su trabajo. En un momento olvidó el nombre de una empresa a la que aludía y se puso incómodo al no recordarlo.
Ella, risueña, le quitó toda importancia y lo alentó a seguir hablando.
Juan retomó su cháchara y habló de sus desempeños y sus creencias. Muchos comentarios iban precedidos de la frase: “Yo soy un hombre que…” Al terminar la velada María decidió irse y él apenado le dijo
_ Ya sé, hablé demasiado ¿no? Siempre me pasa, te pido disculpas, la próxima te juro que te la dedico a vos.
Ella llegó a su casa, fastidiada y harta, pensando “Cómo no me di cuenta antes”. ¿Por qué no supe cambiar de tema? Y varios reproches más. Minutos después, recibió un mensaje en su celular. Llama para disculparse otra vez, pensó, ¡muy bien! se dio cuenta de que se pasó de mambo.
Pero no. El mensaje decía “Me acordé el nombre de la empresa que te conté”

11/03/2025

FUNDAMENTALISTAS DE LA COMIDA
Son personas que han incorporado muchos hábitos de alimentación “saludable”, cosa muy plausible. Pero el problema comienza cuando intentan convencer a los demás para que hagan lo mismo.
A veces, justo cuando nos sentamos a comer, deslizan un “Mirá que eso es veneno ¿eh?”. Hacen un culto de la “vida sana” y del agua (mineral) en vez de una copa de vino. Se escandalizan en el restaurante porque alguien de su grupo pide papas fritas. Dicen: “andá a saber con qué aceite las hacen. Todos son tóxicos y cancerígenos”. Se salva el aceite de oliva “pero depende de cuál” Y así siguiendo. Habría miles de ejemplos.
Son personas que suponen hacer un bien al prójimo, porque creen que si es tan bueno para ellos tiene que ser igual para todos. Dueños de una convicción rígida que no admite excepciones, suelen hablar con una cierta superioridad, porque consideran que entienden mucho del tema “Si supieras con qué hacen el (aquí entran cientos de productos) no lo comerías”
Por supuesto que está muy bien tratar de comer “sano” pero si se vuelve totalmente extremo, en rigor se convierte en obsesión. Y es patológico.
Lo curioso, es que a veces, aparece como una gran virtud que todos deberíamos imitar.
No parecen entender que cada cual es dueño de su cuerpo y decide. No todos somos iguales ni queremos lo mismo.

Licenciada Graciela H. López

30/10/2025

29/08/2025

23/07/2025

04/07/2025

24/06/2025

22/05/2025

09/05/2025

28/04/2025

11/04/2025

04/04/2025

22/03/2025

11/03/2025

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