18/09/2025
¿Por qué no le hacen la vida más fácil a una madre soltera?
De verdad lo pregunto. Porque, aunque la relación de pareja no haya funcionado, ¿qué sentido tiene complicarle la vida a la persona que carga con absolutamente todo?
Llevarse al hijo los fines de semana, o verlo un par de horitas de vez en cuando, no es criar. No es acompañar. No es compartir la responsabilidad. Criar es estar, sostener, acompañar en lo económico, en lo emocional, en lo cotidiano.
Y mientras tanto, la madre soltera se come todos los maltratos, destratos, humillaciones, la falta de respeto y de apoyo. Nunca puede concentrarse en criar tranquila porque tiene que hacer malabares: generar dinero, mantener la casa, sostener el colegio, las compras, las fiestas, los útiles, las corridas de acá para allá. Cuando pensás que terminás una etapa, arranca la siguiente y todo vuelve a empezar.
Y encima, si reclamás lo que corresponde —la cuota alimentaria— tenés que atravesar un calvario de trámites, papeles, pruebas, facturas, como si criar un hijo fuera algo que se pudiera poner en un excel. Nadie parece entender cuánto cuesta realmente sostener una vida.
A eso sumale los casos en los que, además, el padre hostiga, acosa, manipula. Donde hay que poner perimetrales, denuncias, vivir con miedo. Una sociedad que, en vez de cuidar, desestabiliza. Que no ayuda a que una madre pueda criar a un hijo feliz, sino que sobrecarga y enferma a la persona que lleva toda la responsabilidad.
Y lo más doloroso es que muchas veces tampoco tenemos familias que acompañen, que estén. Ahí entendés por qué tantas mujeres repiten historias, buscan parejas equivocadas: porque la desatención les resulta familiar. Porque aprendimos a no pedir ayuda, a arreglarnos solas. Y así seguimos, repitiendo patrones.
Pero acá estamos, intentando cortar con todo eso. Dándole a nuestros hijos lo que queremos que ellos busquen mañana: atención, cuidado, presencia real. Enseñándoles que no está bien conformarse con el egoísmo, que el amor también se demuestra estando.
La pregunta que no me deja de dar vueltas es esta: ¿por qué las madres solteras estamos tan solas? ¿Por qué nadie ve el esfuerzo de criar, trabajar, sostener una casa y una vida entera en soledad?
Somos personas agotadas. Y, sin embargo, seguimos de pie.