02/04/2024
MUNDOS SOLOS.
2 DE ABRIL: DIA MUNDIAL PARA LA TOMA DE CONCIENCIA DEL AUTISMO y TEA.
Participé con todos los actores de esa problemática, epidémica en el siglo XXI. Imaginaba las causas por las cuales tantos niños preferían el silencio, en tiempos sin comunicación, de apuros, de individualismo a ultranza y de soledad.
Solo como hipótesis, pero desde una percepción exenta de palabras.
Este mundo sin amor generará inundaciones de odios, tormentas con nubarrones de tristeza y hasta mañanas sin soles, dice el Servicio Metereològico en su prolijo e inevitable informe matinal de uno de estos días. Noches interminables. Inequidades atmosféricas.
Derechos sin ciudadanos. Leyes, Reglamentos, Ordenanzas, Disposiciones, Lemas, Cautelares, Declaraciones, Constituciones. Sin palabras sentidas. O con palabras sin sentido. Dice el comentarista legal del plasma en cuotas de 94 pulgadas, en su noticiero del miedo, el del mediodía.
El opinador de los decisores en economía sugiere, por los medios des informativos que desinforman, que miles de sujetos sin subjetividad siguen sujetos al mercado.
La escuela sigue formando alumnos obedientes.
La policía florece en cada esquina para mantener la obediencia debida de los indebidos rebeldes. Al igual que todas las fuerzas del orden. Florecen flores feas y negras. Sin color.
Los juzgados juzgan en lentos juicios la falta de juicio de los excluidos.
Los hospitales reparan, como hospicios, las enfermedades del desamor.
Las facultades siguen formando “recursos” humanos para deshumanizar la deshumanización de los humanos que no creen en los beneficios del “mercado” de la enfermedad.
El dólar se disparó. Osvaldo se lastimó. El litoral se inundó.
El plasma, la notebook, la tablets, el celu y face te “incluyen”.
En la red universal de inexpresivos, amímicos, lacónicos y disarmónicos que los servicios de Comunicación Mundial tiene programado para que consumas los productos de Darwin, Malthus, Taylor y colaboradores.
La inmediatez, la angustia, la individualidad y la soledad es el producto.
Un ladrillo en la pared. La que separa el objeto del sujeto. El poder del no poder.
Miles de niños que sufren.
Que son víctimas ancestrales de los adultos que practican el desamor.
El de la explotación, la violencia sin escuela, el trabajo con tos, el que “peca” con paco, el de la explotación sexual, el del maltrato.
El de los vientres alquilados, el de los ejércitos adolescentes para guerras “de ocasión”, el del analfabetismo, el de la balacera de fin de semana en los confines del con urbano con gris.
El del calor con vinchucas en el Impenetrable. El del frío sin leña en Río Grande.
El del agua cloacal en Misiones. El del gatillo fácil en la esquina de mi casa.
El del glicerofosfato de la soja en la pampa húmeda.
El del cianuro en las minas de Catamarca.
El del ab**to sin anestesia en alguna maternidad olvidada de nuestro interior excluido en jóvenes madres.
O en alguna Homilía de Domingo a la tarde en una Catedral presuntuosa de ciudad factoría al servicio de intereses monopólicos.
Los futuros autistas, los del espectro, tienen la lógica de la subsistencia.
Es ficcional, admito.
Pero son muchos.
Pero los Pedros autistas de úteros cálidos y de goce materno, no tienen otra estrategia que la de construir una nueva subjetividad.
La del amor como argumento.
El amor no tiene contraindicaciones ni efectos adversos, siempre que se lo administre sin dosificar, a demanda y a toda hora, aún en los más recónditos rincones de las más impenetrables almas infantiles. En los laberintos del futuro lindo para los niños autistas.
Es un excelente antídoto para la ausencia de sonidos, miradas, gestos.
Quizás, como en tantas oportunidades, sea efectivo.
Probemos.
Pinturas
Salvador Dalì. Huevo.
Edvard Munch. El grito.