17/09/2022
Yo no defiendo la lactancia materna o el parto natural porque te conviertan en mejor madre. Yo defiendo la fisiología. Y doy la bienvenida a las intervenciones cuando son necesarias de verdad. Pero soy crítica con su abuso, porque sabemos que pueden causar daños.
Parir de una forma u otra o alimentar a tus crías de una forma u otra no te convierte en mejor o peor madre. Ser madre es mucho más que esto. Y nadie reparte carnets de buena madre o trofeos por haber conseguido un parto u otro o una lactancia u otra.
Esta competición, esta exigencia que nos imponemos, estas comparaciones son dañinas y un triumfo más de la sociedad patriarcal. Nos quieren enfrentadas y no unidas. Porque saben que juntas somos más fuertes.
Ser una buena madre implica estar allí para tus crías, estar presente en cuerpo y alma. Implica amar incondicionalmente. Implica proteger y cubrir todas sus necesidades físicas, psicológicas, sociales y emociones. Y nada tiene que ver con un parto en agua, en el bosque, en quirofano, en casa o en el hospital. Ni tampoco con la teta o el biberón.
Ojalá menos comparaciones y exigencias que al final solo nos alejan más de nosotras mismas y de las demás madres. No existe la madre perfecta, no hay definición en ningún libro. Todas lo hacemos tan bien como podemos y sabemos. Y no hay premios. No deberíamos aspirar a ninguna perfección porque el nivel de autoexigencia que nos imponemos es cruel y doloroso, nos empequeñece y nos frustra y nos hace sentir precisamente imperfectas.
Tu eres la mejor madre del mundo para tu criatura, no lo olvides nunca. Que nadie te haga creer más o menos madre por elegir una u otra opción en el embarazo, el parto o en la crianza. Más amor es lo que necesitamos. Hacia nosotras mismas.
📸Fotografía de Guim y yo realizada por .bianchimano.fotografia