
11/08/2025
La cuarta purificación a la que se somete el Iniciado consiste en enseñarle a superar la atractiva influencia de los elementos. Estos actúan y se enfrentan en pares. El primero se relaciona con la Tierra, que simboliza pesadez, densidad, positivismo material, inercia, etc.
A este vector descendente se opone la fuerza liberada, dirigida hacia arriba, simbolizada por el Aire, un elemento ligero, sutil, transparente, pero voluble y difícil de comprender. El Agua llena el vacío; de ahí surgió la idea de la materia universal, adoptando cualquier forma. Además, busca la paz, la horizontalidad; calma, extingue, por lo que se le atribuye la función de inducir la debilidad y la pereza.
Su pasividad, su indiferencia, su frialdad se oponen al Fuego, cuya actividad impulsa a todas las fuerzas a moverse. Moderado, revitaliza; y más violento, marchita y mata. El iniciado debe apoyarse en el centro de la cruz, cuyos extremos opuestos corresponden a los términos del cuaternario. Los pitagóricos usaban la Tétrada para explicar los misterios de la Creación, y en la Biblia, el Ser de los seres se representa mediante un hierograma de cuatro letras, una palabra sagrada cuya pronunciación estaba prohibida.
— Le Livre de L' Apprenti, c. 1927, de Oswald Wirth
Arte de John Augustus Knapp (1853-1938)