17/07/2025
“Tenía un cirujano en la familia… pero nunca lo escuché.”
La historia de Jorge, 63 años.
Jorge era un hombre orgulloso.
Siempre decía:
“A mí no me gusta ir al médico. El cuerpo se cura solo.”
Tenía hipertensión, diabetes y fumaba desde joven.
Su hermano menor, cirujano vascular, le advertía una y otra vez:
“Jorge, cuida tus arterias. Hazte un chequeo. Deja el cigarrillo.”
Pero Jorge siempre respondía:
“No me pasa nada. Solo son calambres.”
⸻
Las señales que ignoró
Primero, sintió dolor al caminar.
Luego, hormigueo en el pie.
Después, la piel empezó a ponerse oscura en el dedo gordo.
Su hermano lo vio y le rogó:
“Esto es enfermedad arterial periférica. Si no vienes al hospital, vas a perder la pierna.”
Pero Jorge no quiso.
Dijo que solo se pondría ungüentos y masajes.
⸻
El día que todo explotó
Una madrugada, despertó con dolor insoportable y un olor fétido.
Miró su pierna:
negra, dura, fría.
La necrosis había avanzado.
Ya no era un dedo… era todo el pie, y parte de la pierna.
Llegó a urgencias en shock.
El diagnóstico fue brutal:
📋 Isquemia crítica con gangrena por enfermedad arterial avanzada.
La única opción: amputación supracondílea (por encima de la rodilla).
⸻
Cuando lo preparaban para el quirófano, su hermano lo tomó de la mano y dijo:
“Te lo advertí porque te amo… no porque me gusta asustar.”
Jorge solo alcanzó a decir:
“Perdí mi pierna por mi terquedad.”
⸻
⚠️ ¿Por qué pasó esto?
La enfermedad arterial periférica ocurre cuando las arterias se estrechan por aterosclerosis, reduciendo el flujo de sangre a las piernas.
Factores de riesgo:
✔ Diabetes
✔ Tabaquismo
✔ Hipertensión
✔ Colesterol alto
Cuando no se trata a tiempo, puede causar isquemia crítica y gangrena, lo que lleva a amputación.
⸻
Hoy, Jorge vive con una prótesis.
Aprendió a cuidarse…
pero a un costo altísimo.
Su mensaje:
“Si tienes dolor, cambios de color, heridas que no sanan… NO esperes.
Una consulta a tiempo puede salvarte la pierna… y la vida.”