20/08/2025
💬 A las personas adultas que están del otro lado, ATENTI.
No hablamos solo de madres y padres: también de docentes, abuelas y abuelos, tías, tíos, profes… Todos formamos parte de esta red.
Las palabras que decimos pueden sanar… o lastimar.
A veces salen “sin querer” o porque “estábamos cansados/as”. Pero cuando se repiten, una y otra vez, terminan calando hondo, como el agua sobre la piedra.
El cerebro de un niño o adolescente cree lo que escucha, y esas etiquetas que ponemos pueden condicionarlos y marcar su vida para siempre.
Es cierto: quizás no aprendimos a gestionar nuestras emociones como hubiéramos querido. Pero sí podemos desandar lo vivido y convertirnos en el punto de partida de una comunicación más amorosa y respetuosa con quienes están creciendo.
🌱 Hoy tenemos una nueva oportunidad. Aprovechémosla.