22/08/2020
Anuncios
—Caleidoscopio de emociones
“Casi todo el mundo piensa que sabe lo qué es una emoción hasta que intenta definirla. En ese momento, prácticamente nadie afirma poder entenderla”
(Wenger, Jones y Jones, 1962)

El juicio final, Miguel Ángel Buonarroti fragmento, 1537-1541)
“Las emociones no son ni buenas ni malas (el diccionario de la Real Academia Española las define como una alteración del ánimo, intensa y pasajera, agradable o penosa, que incluye manifestación corporal); ayudan al ser humano a adaptarse al medio en el que se desenvuelve, y son funcionales cuando se pueden controlar sin desbordarlas. Sin embargo, en muchos casos los papás enseñan a los niños a reprimirlas”, aseguró la licenciada Margarita P***a Alarcón, jefa de la Sección de Orientación Educativa y Servicios Psicopedagógicos de la UAM-A, como introducción a la conferencia El veneno del alma: el resentimiento, dictada por Nancy Bernal Aguirre, psicóloga del Instituto Cognitivo Conductual de Salud Mental de México, como parte del ciclo Caleidoscopio de emociones.
Bernal Aguirre precisó que “La emoción es un estado afectivo, una reacción subjetiva al ambiente, que se acompaña de cambios fisiológicos. En el ser humano, las emociones involucran un conjunto de cogniciones, actitudes y creencias sobre el mundo, utilizadas para valorar y percibir una determinada situación”. Ellas preparan al organismo para la acción, por lo que facilitan la conducta apropiada en cada circunstancia, subrayó.
Dentro de esta gama está el resentimiento, detonado por el pesar o el enojo en las personas. “El resentimiento es un recuerdo repetitivo; es sentir una y otra vez (re-sentir) el enojo que se vivió en el pasado, provocado por alguna persona o situación. Está basado en un sentir reprimido, que se vive constantemente a través de los pensamientos y recuerdos”, y tiene que ver con experiencias relacionadas con la injusticia, el abuso, el maltrato físico y/o emocional, así como no ser valorado por los demás.
La especialista destacó los efectos negativos generados al continuar con un enojo o resentimiento. “En estos casos, las personas pueden sufrir física y emocionalmente, lo que les impide confiar en los demás o establecer relaciones cercanas, manteniéndolas atadas al pasado”.
¿Qué hacer ante esa emoción? Para responder, la psicóloga se refirió al Modelo A-B-C, desarrollado en 1955 por el psicoterapeuta cognitivo Albert Ellis. La letra A proviene de algún “acontecimiento” o suceso que dejó huella en la persona; la B, de “belief” o creencia, que toma fuerza en el pensamiento del afectado a partir de lo ocurrido; y la C, deriva de “consecuencia”, esto es, la forma en que reaccionará ante una situación similar, o el enojo que mantendrá de por vida si no recibe ayuda. Un ejemplo de cómo funciona la cadena A-B-C, podría ser que una mujer esté resentida con los hombres porque su pareja la engañó (A); su creencia (B) entonces es que todos son infieles, y (C) eso le impide volver a relacionarse con el s**o opuesto, además de vivir con un resentimiento que puede dañarla física y mentalmente.
La salida, puntualizó, es la activación de un pensamiento alterno para dar una explicación distinta al acontecimiento percibido como desagradable, y para lograrlo, en muchas ocasiones se requiere ayuda especializada. Replantear los pensamientos y sentimientos que se tuvieron en relación a las experiencias negativas vividas, fue su recomendación final.