26/03/2023
Me crié con mis abuelos desde que fui un niño, nunca supe quién fue mi papá, y la verdad no me importó, aunque mi mamá siempre vivía con nosotros, para mí, mi madre fue mi "abuela" y mi padre mi "abuelo", él vendía globos en el centro de la ciudad.
Cuando era niño me encantaba acompañarlo, a veces me dejaba algunos globos para mí, y si yo los vendía él me daba unas monedas. Otras veces me dejaba sentado en una banca con mis chicharrones y mi raspado, me decía no te muevas de aquí, le doy una vuelta a la placita y vuelvo, yo feliz, lo admiraba tanto tanto... no sé qué me pasó en la secundaria que cambié para mal, me daba vergüenza ir con él a verlo vender, fui un tonto, le decía:
¡¡No abuelo, qué van a pensar mis amigos si me ven vendiendo globos!!, vi claramente cómo sus ojos se pusieron rojos y húmedos, hasta la fecha me arrepiento, ese día se fue solito lo vi con su caminar más lento.
Al pasar los años, fui comprendiendo muchas cosas, un primo me invitó a Houston a trabajar, y yo le dije que sí, al día siguiente en la mañana le comenté a mis abuelos que me iría a trabajar al gabacho, mi abuelita me abrazó y lloró como nunca la había visto, mi abuelo solo me dijo: -échele ganas mijo, de sobra sé que los hijos no son de uno y que tarde o temprano usted haría su vida-, subió sus globos al hombro y me besó, se fue con pasos mucho más lento y sus ojos llorosos otra vez, lloré mucho esa mañana, preparé mi maleta, le regalé un beso a mi abuela y a mi mamá, les dije: espérenme, tengo algo que hacer antes de irme, me fui en camión al centro y encontré a mi abuelo en la plaza, lo vi de lejos con sus pantaloncitos remendados y sus zapatitos sucios, era mi viejito, mi rey, mi santo padre, llegué lo abracé y le dije: ¿qué pensó papá este ya se fue y no me vino a ver antes de irse, pos nooo mi viejo, no me iré de aquí hasta ayudarle a vender todos los globos, eso sí abuelo, cómprame unos chicharrones y un raspado, ¿te acuerdas?, como cuando era un mocoso.
Y así fue ese lunes por la mañana, nuevamente yo como hace 20 años ahí en la plaza con mi abuelo, reímos tanto, nos comimos unos burritos que vendían ahí en la plaza. Bueno mi viejito, ya me voy, pero cada semana te llegarán tus billetitos verdes te lo prometo, a mi mamá, a mi abuela y a ti nada me les faltará, lloramos juntos abrazados. Yo ya soy un adulto de casi 50 años, pero saben, cumplí mi promesa, a mi abuelo nada le faltó, le dije quiero verte cada semana con un pantalón nuevo y me tiras todos los que tengas rotos.
"Hasta que mis abuelos fallecieron cuidé de ellos".
Desconozco autor
Visita www.alzheimeruniversal.eu