26/09/2024
DEPRESION - TRISTEZA
BIODESCODIFICACION CIENTIFICA ARGENTINA
Por el Prof. Andres Frontalini
13/01/2022
Pese a que se catalogue a la salud mental como “la gran olvidada” del sistema sanitario, es algo primordial en nuestro bienestar. De hecho, la salud se integra como mínimo en 3 niveles de atención: cuerpo, mente y emoción. Así que nunca acabaremos de estar sanos, si dejamos de lado nuestro estado emocional y mental.
Sin embargo, el miedo y la incertidumbre, la imposibilidad de haberse despedido de seres queridos, la inestabilidad laboral o el aislamiento social han dejado huella en muchas personas y esa es una realidad que no podemos pasar por alto.
¿Qué es la depresión?
La depresión es un trastorno mental frecuente en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud, afecta a más de 300 millones de personas. Si este trastorno del comportamiento no se aborda de la mano de un profesional de la salud mental y emocional, puede convertirse en un problema grave, de larga duración e intensidad alta y alterar la vida familiar y laboral. La vida cambia y, para poder soportarla, la persona con depresión puede introducir conductas como beber, fumar o tomar más pastillas de las recomendadas lo que dificulta gravemente la vida cotidiana familiar y personal.
¿Depresión y tristeza es lo mismo? No. Y antes de entrar en materia, me gustaría explicarte las diferencias entre ambas, ya que suelen confundirse y dar lugar a malentendidos. Todos podemos sentirnos tristes, melancólicos/as, abatidos/as o, incluso, infelices en algún momento concreto de nuestra vida. Somos humanos y los humanos sentimos. Sin embargo, si estos estados de ánimo perduran y se convierten en algo prolongado en el tiempo, pueden conducir a una depresión.
Tristeza no es sinónimo de depresión, pese a que a veces se confundan los términos e, incluso, se banalice con esta enfermedad. La primera es un estado de ánimo pasajero y, en cambio, la segunda es un trastorno mental. Si hablamos de depresión, no nos referimos a un cambio de estado de ánimo, sino a una patología que impide el buen funcionamiento psicosocial personal o familiar y que provoca un gran sufrimiento.
En muchas ocasiones, no hay un motivo aparente detrás de la depresión. No hay una separación o algo tan duro como un duelo. Puede darse simplemente una gran incertidumbre en el modo de entender distintas situaciones de la vida o una sensación de falta de energía.
¿Cómo se manifiesta la depresión?
La depresión es una patología que se caracteriza por una tristeza persistente y por la pérdida de interés y la fatiga, así como por la imposibilidad de llevar a cabo las actividades cotidianas, durante al menos dos semanas. Como sintomatología, destacan la apatía y anhedonia, es decir, incapacidad de disfrutar y sentir el placer o estímulos positivos. La vida cambia y para poder soportarla la persona con depresión puede intentar conductas como beber, fumar o tomar más pastillas de las recomendadas lo que dificulta gravemente la vida cotidiana familiar y personal.
Las personas con depresión sienten que “no son capaces” y desconectan de su entorno mientras muestran un estado de ánimo muy variable con claras tendencias a la baja.
Uno de los primeros síntomas son las rumiaciones. Se dan muchos sesgos negativos que llevan a la persona a verlo todo negro. La repetición de pensamientos como “Nadie me quiere”, “No tiene sentido levantarse de la cama”, “Estoy solo/a”, “Es culpa mía”, “Soy inútil” o “Nunca haré nada con mi vida” los acaba convirtiendo en creencias limitantes y profundas que no dejan avanzar.
Normalmente, esta enfermedad es progresiva. Empieza con esas rumiaciones o pensamientos pesimistas y ganas de evadirse y no socializar. A medida avanza y va agravándose, iremos encontrando síntomas como los siguientes:
Estado de ánimo irritable o triste la mayor parte del tiempo
Insomnio o sueño prolongado
Inactividad y pérdida de placer en actividades que generaban felicidad
Cambios considerables en el apetito que vienen acompañados de aumentos o pérdidas de peso
Sensación de fatiga, cansancio y falta de energía
Baja autoestima y autopercepción negativa
Imposibilidad para concentrarse
Sentimientos de abandono, soledad y desesperanza
Falta de motivación
Pérdida del sentido de vivir
Pensamientos repetitivos de muerte o suicidio
Es muy importante estar atento/a a los primeros síntomas que aparecen para abordar el problema a tiempo, antes de que se convierta en un episodio de larga duración. No debemos esperar a que aparezca la sensación de que no hay vuelta atrás, la falta de ganas de vivir y los pensamientos suicidas. Los primeros indicios ya son alarmas claras para dar atención a nuestro estado de ánimo y empezar a trabajar en una solución. Así que si te encuentras en esta situación o detectas los síntomas que acabamos de mencionar, ponte en contacto con un profesional.
Factores biológicos de la depresión
Normalmente y debido a la conexión entre cuerpo y mente, los inicios de la depresión vienen acompañados de una alteración en la serotonina, la dopamina, la noradrenalina, la endorfina y el cortisol. Estos neurotransmisores regulan el funcionamiento del cerebro y, en función de cuáles queden más afectados, se presentarán unos síntomas u otros.
Serotonina. Es imprescindible en la regulación del deseo sexual, el apetito, la ansiedad y la agresividad, la apreciación del dolor, la producción de melatonina y el ciclo sueño-vigilia, funciones cardiacas y secreciones endocrinas.
Noradrenalina. Activa la parte del sistema nervioso que regula el estrés. Es primordial en los estados de alerta y en la presencia de estrés positivo como respuesta adaptativa a la supervivencia.
Dopamina. Es inhibitoria, genera placer, está asociada a los mecanismos de recompensa en el cerebro. Además, juega un papel vital en la función motriz y su escasez puede provocar enfermedades como el Parkinson.
Endorfinas. Poseen un efecto analgésico y son capaces de provocar una acción anestésica en el cerebro. Por ello, son determinantes en la percepción del dolor. Además, estimulan las zonas del cerebro donde se generan las emociones placenteras.
Cortisol. Se libera como respuesta al estrés. Regula el metabolismo y el azúcar en sangre, mantiene la presión arterial, combate las infecciones y responde al estrés.
Y esto es de vital importancia para entender qué ocurre en nuestro cuerpo cuando uno o varios conflictos biológicos acaban resultando en una depresión.
¿Sabías que la serotonina se fabrica y sintetiza en sistema digestivo y ayuda al funcionamiento de todo el sistema nervioso? Te lo cuento todo sobre la unión cerebro-intestino en este podcast.
Descodificación Biológica de la depresión
Mediante medicamentos, podemos regular los desajustes y las alteraciones que se producen en la serotonina, la endorfina, el cortisol, la noradrenalina o la dopamina. Sin embargo, el origen del síntoma y lo que nos llevará a ponerle fin será la identificación del conflicto biológico. Los fármacos sirven para regular los neurotransmisores, pero no pueden cambiar nuestra forma de vivir o interpretar el suceso que puso en marcha nuestros Programas de Supervivencia y, como consecuencia, la aparición del síntoma.
El conflicto de territorio
Este trastorno del comportamiento puede venir dado por uno o varios conflictos biológicos de carácter territorial. La persona afectada siente que ha perdido algo en su vida o se siente desplazada y se siente obligada a someterse. Al no poder aceptar esta situación, se siente frustrada y triste, lo cual provoca un desajuste hormonal que acabamos de ver en el apartado anterior.
Las personas con depresión han pasado por experiencias en las que han tenido esta sensación de pérdida de territorio y las reviven desde la indefensión y la sumisión aprendidas. Sienten que otro/a puede pasar por encima de ellas, las puede pisotear sin poder defenderse.
También pueden sentir desesperanza y creer que no tienen capacidad ni la posibilidad de tener otro territorio. Imagínate que estás totalmente convencido/a de que no puedes tener un trabajo, una pareja o un lugar estable donde vivir… te sientes lejos de la tranquilidad y la seguridad. En esas situaciones, tenderás a esos pensamientos negativos de los que hablábamos antes y, como respuesta a ellos, una sobreproducción de emociones.
¿Te gustaría aprender a descifrar los síntomas, identificar los conflictos biológicos y descubrir cómo liberarnos del estrés? Ahora puedes aprenderlo con nuestro Diplomado Online en Descodificación Biológica.
En los conflictos de territorios, es muy habitual utilizar el pronombre “mi” (mi trabajo, mi pareja, mi hijo/a, mi casa…). Cuando uno de esos mis desaparece o cambia, sufrimos y somos incapaces de imaginarnos una vida sin aquello que nos falta.
¿Te gustaría saber más sobre el conflicto de territorio y cómo este acaba manifestándose como una depresión en nuestra salud? He preparado un vídeo en el que te lo cuento todo. ¡Dale al play!
Descodificación Biológica de un caso de depresión
Vamos a aterrizar todo lo que acabo de explicar. Y para ello le he pedido a Alicia Soltero, docente del curso de Trastornos del Comportamiento, que comparta con nosotros/as un caso de depresión desde el abordaje de la Descodificación Biológica.
Esta es la historia de Miguel, un hombre de 58 años al que le encantaba su trabajo. De hecho, llevaba trabajando en la misma empresa 32 años, habiéndose podido jubilar desde hacia dos. Con la pandemia, la empresa decide jubilarlo. A él le queda una buena pensión y un buen finiquito. Sin embargo, el dejar de trabajar le lleva a una depresión profunda.
Esta situación, a Miguel le genera mucha confusión. No entiende que cómo puede sentirse así, cuando a él le han quedado unas condiciones mucho mejores que a otros empleados que fueron directamente al paro. Ante esto, él opta por no tomar antidepresivos y salir de la depresión sin medicamentos.
Decide empezar a tener consultas e ir a buscar el origen de este síntoma. En las primeras sesiones, revisaron de forma conjunta su historial laboral. Miguel le cuenta a su consultora que trabajaba en una empresa muy importante y que ha sido su único trabajo. Empezó desde abajo y consiguió llegar a uno de los puestos de directivo más alto.
¿Cómo podemos interpretarlo desde la Descodificación Biológica? Veamos. Miguel se jubila con buenos ingresos, sus compañeros/as le hacen una fiesta de despedida y se marcha de la empresa con un gran reconocimiento por el trabajo que ha hecho durante 32 años. Entonces, ¿por qué entra en una depresión? Desde la Descodificación Biológica, sabemos que en el hemisferio derecho se encuentran los focos territoriales y la situación que él ha vivido lo deja sin trabajo, algo que percibía como suyo deja de serlo.
En ese momento, empiezan a aparecer y a repetirse estos pensamientos en su mente:
“He perdido mi trabajo”
“No tengo equipo”
“No soy el jefe de nadie”
“No tengo mi oficina ni los viajes que hacía”
“Estoy en mi casa sin saber qué hacer con mi vida”
“Mis hijos se han casado y se han ido”
“Mi esposa y yo hemos vivido siempre separados por mis viajes de trabajo y ahora siento que no tengo esposa”
En los focos territoriales, se encuentra el del área masculina (arterias coronarias). Esto nos habla de un conflicto de pérdida de territorio. Cuando hay impacto en este foco, la testosterona baja y aumentan mucho las probabilidades de entrar en una depresión.
Durante el acompañamiento, fue imprescindible que Miguel dejara de identificarse directamente con su puesto de trabajo como director y empezase a buscar un proyecto de vida propio distinto. Algo que diese un sentido a sus días y que él sintiera como su territorio.
Después de hacer un trabajo de introspección en consulta, Miguel decidió comprar una casa en el campo y crear su propio huerto urbano en las afueras . Pasó tiempo remodelando su nueva casa e incluyó en ella una habitación para él, donde dedica su tiempo a escribir.
Hoy, se siente agradecido de todo este recorrido que él mismo eligió. Encontrar un camino lo llevó a una estabilidad mental y emocional, que se han visto reflejadas en la desaparición del síntoma y la reducción del estrés, ansiedad, angustia y otros síntomas psíquicos.
Salir de la depresión hacia el bienestar emocional
¿Es posible salir de una depresión? ¿Voy a tener que convivir con este estado de ánimo siempre? Dos cuestiones que preocupan mucho a los consultantes. Es posible recuperar el bienestar emocional y, para ello, hay que hay que aprender a mirar desde lo intrínseco.
Las personas que tienen depresión suelen vivir desde una motivación extrínseca. Encuentran el sentido de su vida en factores externos a ellas mismas y cuando uno de estos factores falla, desaparece o se aleja, les invade una tristeza profunda. Por ello, el camino a la recuperación pasa por un cambio de mirada hacia la motivación intrínseca. En lugar de buscar esa satisfacción que antes venía de fuera en nuestro interior, nos encerramos emocionalmente y damos pasos a que empiecen los síntomas.
La clave está en buscar por qué en algún momento de nuestra historia le dimos más peso a lo de fuera que a nosotros mismos. ¿Por qué te construiste desde el exterior?
La alegría está dentro de cada uno/a de nosotros/as. Por ello, no tiene sentido basarla en estímulos del exterior o esperar valoraciones de fuera. Debes valorarte a ti mismo, sin apropiarte de nada.
Analizar el territorio en los distintos ámbitos de tu vida, te ayudará a soltar y a vivir la vida sin pensar que dependes de factores externos para ser alguien y a aprender a usar la propia motivación como el motor de tu propia construcción.