CEPPAS, Centro Psicológico de la Persona, la Pareja y la Sexualidad

CEPPAS, Centro Psicológico de la Persona, la Pareja y la Sexualidad Directores: Ps. Alejandra Godoy H. (Dr. Phil.) - Ps. Antonio Godoy D. (D.E.A.) Asimismo, lo utilizamos con fuente de lectura guiada para nuestros pacientes.

CEPPAS: Un Centro Clínico de Especialidades

¿En qué se diferencia CEPPAS de otros centros?:

Nuestro Centro Clínico nace de la idea de ofrecer una atención exclusiva y altamente especializada en cada motivo de consulta. Somos un reducido equipo altamente especializado que atendemos a sólo un limitado número de pacientes. No nos interesa ser masivos, sino brindar una atención multidisciplinaria exclusiva y personalizada, para favorecer la calidad del vínculo terapéutico. Intentamos generar una relación de persona a persona basada en una auténtica empatía, sin emitir juicios y evitando una actitud de autoridad que lo sabe todo. Estamos convencidos que el éxito de una terapia va a depender, principalmente, de la alianza paciente-terapeuta y de que logremos ambos co-construir un espacio terapéutico facilitador respecto de las causas o entrampes que mantienen el problema. Fuera de nuestra página web contamos con nuestro Blog principal Hablemos de la Persona, la Pareja y la Sexualidad, donde publicamos artículos acerca de temas de interés general. A su vez, permanentemente estamos contestando las numerosas consultas que nos efectúan semana a semana desde distintos países. Desarrollamos también otros Blogs: Hablemos de Psicología y más, Hablemos de Pareja y Terapia y Hablemos de Coaching. Todos los profesionales que trabajamos en CEPPAS estamos debidamente acreditados y contamos con estudios de post-título en nuestras respectivas especialidades. Nos mantenemos en continua reflexión a través de reuniones clínicas, supervisión de casos, publicaciones científicas, formación clínica, actualización y perfeccionamiento en cada especialidad. Ello nos permite generar un contexto óptimo para abordar de manera eficaz el motivo de consulta particular de cada persona y pareja que se acerque a nosotros. La primera sesión es realizada únicamente por uno de los dos directores, Alejandra o Antonio Godoy, manteniendo una continua supervisión y seguimiento de cada caso. De acuerdo con su motivo específico de consulta, los pacientes son asignados al especialista correspondiente: terapeuta individual de adolescente o de adulto, terapeuta de familia, evaluador vocacional, psicodiagnosticador de salud mental, terapeuta de pareja, sexólogo, coach integral o psiquiatra. En cada paciente se evalúa su temperamento, tipo de personalidad en el Eneagrama, estilo de apego, motivo específico de consulta y diagnóstico correspondiente. Así se estructuran objetivos terapéuticos concretos de modo tal que se puedan ir comprobando y registrando los avances en la bitácora de la terapia, entre los que incluimos aspectos relativos al crecimiento personal. Creemos que el fin de una terapia no radica solamente en superar los síntomas y/o conflictos, sino que en dar algunos pasitos hacia la evolución como seres humanos de acuerdo con cada tipo de temperamento y personalidad. Nuestro enfoque teórico es de orientación multiteórica centrada en la epistemología del terapeuta; es decir, se rescata flexiblemente de cada teoría aquellos lineamientos que sean los más apropiados para cada persona y para cada motivo de consulta en particular, desde el estilo personal del terapeuta. De nuestro modelo terapéutico destacamos el rol siempre cercano, suelto, con uso del humor y especialmente activo del terapeuta, quien formula preguntas, usa técnicas y herramientas clínicas, entrega hipótesis explicativas, practica la psicoeducación recomendando lecturas atingentes y sobre todo asigna tareas para la casa en el entendimiento que el paciente también debe participar activamente en su propia terapia. Nuestro Centro está ubicado en el barrio El Golf, en el prestigioso Edificio Médico Alcántara, donde históricamente hemos trabajado los profesionales de la Universidad Católica. Nuestras consultas están habilitadas con una completa y moderna infraestructura. Nuestro staff de tres secretarias están al servicio permanente de nuestros pacientes desde temprano en la mañana hasta última hora de la tarde. Todo esto con el fin de brindar el mejor servicio y entregar las condiciones óptimas para facilitar el logro de las metas terapéuticas deseadas. Profesionales: Ps. Carolina Carrasco, Ps. Beatríz Marín, Ps. Guila Sosman - Álvaro Godoy (Coach Integral UC)

💬 El amor y el deseo se cultivan.Después de los 60, las relaciones de pareja pueden ser más conscientes, profundas y aut...
29/08/2025

💬 El amor y el deseo se cultivan.
Después de los 60, las relaciones de pareja pueden ser más conscientes, profundas y auténticas que nunca, pero requieren cuidado y dedicación.

En su libro “Después de los 60 hay que aprender de nuevo a hacer el amor”, la Dra. Alejandra Godoy comparte 7 claves fundamentales para mantener viva la conexión afectiva y sexual en la tercera edad:
🌸 El amor maduro no se jubila: se fortalece con cada gesto de cuidado, complicidad y deseo.

📖 Encuentra el libro en Editorial Trayecto.

Últimamente he estado acompañando a varias personas que están pasando por un mal momento en su trabajo. Hacen esfuerzos ...
12/03/2025

Últimamente he estado acompañando a varias personas que están pasando por un mal momento en su trabajo. Hacen esfuerzos para aceptar situaciones dificiles por temor a ser despedidos, lo que les está causando mucho estrés y ansiedad. Me dicen que, si pudieran, renunciarían. Se sienten atrapados entre el sufrimiento de seguir en un trabajo que les no les gusta y el miedo a quedarse sin respaldo económico. Cuando les pregunto qué porcentaje de ganas tienen de dejar su trabajo, la mayoría me responde que un 50%. Entonces les hago una reflexión que les comparto: si un 50% de ti quiere renunciar, ya eres libre. ¿Por qué? Porque ahora puedes empezar a trabajar como tú quieras, de una manera que realmente te haga bien, sin temores y evitando lo que te causa estrés y sufrimiento. ¿Qué es lo peor que puede pasar? Si te despiden, habrás logrado al menos la mitad de lo que querías (el 50%) y obtendrás el dinero de la indemnización. Si no te despiden, habrás logrado un 50% de lo que deseabas y encontrado una forma de trabajar que te beneficiará a ti y, muy posiblemente a todo tu entorno.
Muchas veces, la causa de nuestro sufrimiento está más relacionada con nuestra propia reacción ante las situaciones que con las situaciones mismas. Tratamos de controlar lo que sucede a nuestro alrededor, la reacción de los demás (como nuestro jefe, en este caso), cosas que están fuera de nuestro alcance, y la mayoría de las veces, fracasamos. Esto nos frustra, nos irrita, nos desalienta, nos agota y nos estresa. En este estado, perdemos el equilibrio, el buen juicio y la gentileza, lo que a su vez afecta nuestra capacidad de influencia. El camino para salir de este círculo es redirigir nuestra atención y esfuerzos hacia lo único que realmente podemos controlar: nuestras propias reacciones. Lo que te sucede no depende de lo que ocurra, depende de lo que tu hagas con lo que ocurre, porque eso es lo único que depende de ti.

Alvaro Godoy
Coach ejecutivo

¿Estas con ganas de cambiarte de trabajo pero tienes dudas?¿Estas postulando a un nuevo trabajo y quieres prepararte par...
02/11/2023

¿Estas con ganas de cambiarte de trabajo pero tienes dudas?
¿Estas postulando a un nuevo trabajo y quieres prepararte para la entrevista? ¿Quieres potenciar tu liderazgo y la comunicación efectiva? ¿Quieres mejorar la relación tu jefe o tus reportes? Contactame para una sesión on line para que hablemos de lo que necesitas.

Autonomía emocional¿Quieres evitar que te ofendan?¿Te sientes mal en tu trabajo? ¿Crees que no te están tratando con el ...
28/10/2023

Autonomía emocional
¿Quieres evitar que te ofendan?

¿Te sientes mal en tu trabajo? ¿Crees que no te están tratando con el respeto que mereces? ¿Estás pensando en cambiar de empleo por esta razón? Echa un vistazo a esta historia antes de tomar una decisión.
"¿Quieres que te lo explique con peras y manzanas?" le dijo Carlos, su jefe, frente a todos. Patricio se sintió tan maltratado que presentó una denuncia ante Recursos Humanos (RRHH).
"Esta denuncia es una advertencia" aclaró el representante de RRHH a Carlos.
Carlos respondió con vehemencia a lo que consideró una "amenaza" por parte de RRHH: "A mí nadie me saca tarjetas", le dijo. Lamentablemente para Carlos, su reacción desafiante fue más perjudicial para él que la propia denuncia.
Carlos se sintió ofendido al interpretar esto como una falta de reconocimiento a su valía y trayectoria. Posiblemente, la reacción del colaborador que presentó la denuncia también fue producto de sentirse ofendido. Jefe y colaborador, ambos enredados en un sentimiento de agravio. Estas situaciones ocurren con frecuencia en las organizaciones; el punto es cómo las abordamos para que no jueguen en nuestra contra, como le ocurrió a Carlos. ¿Es posible evitar sentirnos ofendidos?
En su libro "Las enseñanzas de Don Juan", el antropólogo Carlos Castaneda relata un encuentro con un puma mientras caminaba de noche con el chamán mexicano por el desierto de Sonora. Ambos terminaron encaramados en un árbol para escapar del felino. "Debes estar muy enfadado con el puma", le dijo Don Juan sin poder dejar de reír. Extrañado, Castaneda le explicó que no tenía sentido enojarse con un animal por actuar según su naturaleza. Entonces, Don Juan le recordó a Castaneda las quejas y culpas que éste tenía contra su padre y su esposa. Le hizo ver que las personas, al igual que el puma, también actúan conforme a lo que son: "de nada sirve estar triste, quejarse y sentirse justificado para hacerlo, creyendo que alguien siempre nos está haciendo algo. Nadie le está haciendo nada a nadie, mucho menos a un guerrero", concluyó.
Las personas actúan en función de sus propias necesidades y motivaciones. Cada palabra o acción que realizan es, en ese sentido, un reflejo de su mundo interior, no del nuestro. Lo que alguien dice habla más de esa persona que de nosotros. Comprender esto nos ayuda a alcanzar una mayor autonomía emocional frente a las reacciones de los demás. Esto supone independizarnos del mundo emocional del otro y tomar el control sobre cómo nos afectan sus palabras o acciones.
Por ejemplo, si decimos "él/ella me gritó", el "me" lo estamos añadiendo nosotros; esa persona simplemente gritó porque así lo necesitaba. Dejar de creer que lo que hacen las personas tiene que ver con nosotros nos permitirá sentirnos menos amenazados, que es lo que está detrás de toda ofensa. Lo que nos ofende no es lo que el otro dice, es la amenaza a nuestro valor que interpretamos detrás de sus palabras. Es nuestra propia interpretación la que nos causa daño.
Si lo pensamos bien, para que las palabras de una persona nos hieran es necesario que les hayamos otorgado cierto crédito y cierta autoridad a esas palabras y a esa persona para afectarnos. Por eso, las palabras de una persona conocida y respetada nos pueden dañar más que las de alguien desconocido o insignificante para nosotros. La validez que otorguemos a lo dicho depende de la autoridad que le hemos conferido a quien lo dice. Detrás del poder de las palabras que nos afectan está el poder que otorgamos a ciertas personas para afectarnos. Como dijo Eleanor Roosevelt, "nadie puede herirnos sin nuestro consentimiento".

A veces creemos que ofenderse es inevitable, automatico, incluso obligatorio cuando alguien se muestra agresivo. Sin embargo, como Carlos pudo darse cuenta, interpretar las acciones de los demás como ofensivas es una elección personal.

MI CARIÑO SE ME VA. Muchas canciones de amor hablan de cómo conquistar o reconquistar el cariño de ser amado. Pero ¿qué ...
10/07/2023

MI CARIÑO SE ME VA. Muchas canciones de amor hablan de cómo conquistar o reconquistar el cariño de ser amado. Pero ¿qué pasa cuando es nuestra propia fuente de amor la que esta en peligro? ¿Quién cuida de ella? ¿A quién le corresponde cuidar el amor que sentimos por el otro?

Generalmente pensamos que amar es un acto pasivo que deriva de lo hermoso que es el otro, o de las cosas buenas que trae a nuestras vidas. Enamorarse y desenamorarse parecen fenómenos espontáneos, tan naturales e involuntarios, como inevitables. El amor siempre es efecto de lo que el otro es o lo que el otro hace. Tanto si me enamoro, como si me desenamoro, el otro es “culpable”. De manera que si el amor por el otro, por desgracia, se esta debilitando, lo máximo que puedo hacer es pedirle al otro que cambie. Yo no tengo poder sobre mi propio amor.

Sin embargo, cuando el amor se va definitivamente, nos sirve de muy poco responsabilizar al otro de esta desgracia. El hecho duro e irreversible es ya no lo amamos, aunque queramos que así sea. Hay hijos de por medio, el futuro que soñamos juntos cerró sus puertas y tenemos miedo de volver a fracasar. Pero ya es muy tarde.

¿Qué pasó? no es la pregunta que nos pueda servir, porque ya pasó. La pregunta que nos puede servir es: ¿Queremos dejar que siga pasando? ¿Queremos dejar que nuestro amor, el amor que sentimos por el otro se nos vaya?

Ahí murieron ya los momentos

Un amigo me conto desconsolado un día que pensaba separarse. Ella- según él- era muy celosa, lo iba a buscar después de su trabajo y no lo dejaba estar con sus amigos. Ante la pregunta si le había dicho que no lo hiciera más, me respondió: ¡estás loco, se enojaría mucho, eso sería una pelea segura! Mi amigo prefería dejar de amarla a soportar que ella se enojara y tener una buena pelea. Tenía miedo que las peleas los separaran. Finalmente se separo por miedo a separarse.

Es increíble la cantidad de parejas que se separan con tal de evitar esos pequeños disgustos que implican decirle al otro que nos está molestando o pedirle que deje de hacer aquello que nos duele. No retroalimentamos a nuestra pareja pero si esperamos que cambie.

Al hablar de retroalimentación no me refiero a esas discusiones eternas que tenemos- por ejemplo- despues de una reunion de amigos, donde una frase o una reacciòn nos molesto y no quisimos conversar el tema delante de los demás para “no echar a perder la buena onda”. Me refiero a la reacción inmediata que le deja muy claro al otro que por ese camino no debe seguir. No hablo de “reflexiones” si no de “reacciones” claras y oportunas. No son verbalizaciones, son gestos, acciones efectivas que no permitan que lo que nos disgusta o nos duele siga ocurriendo. Me refiero por ejemplo a un comentario simple e inmediato como “ese tono me está molestando”, o “eso que dijiste me dolió”. No hablo de enjuiciar al otro, sólo de informarle claramente nuestro sentimiento. Y si el otro sigue en lo mismo y no entiende el mensaje, la retirada es la acción más oportuna para evitar que el daño continúe y se agrande. Si el otro sigue tirando dardos sin darse cuenta, es el “blanco” el que tiene que moverse, es decir, nosotros. Seguir expuestos a sus flechas nos convertiría en su complice.

El propósito- no hay que perderlo de vista- no es cambiar al otro, hacerlo entrar en razón ni convencerlo, si no tan sólo evitar que siga ocurriendo lo que nos quita energía y felicidad.

Hazlo de nuevo

Debemos tener presente que siempre estamos dándole retroalimentación a los demás con nuestra conducta. Cada vez que preferimos disimular una incomodidad para evitar una “discusión”, en realidad le estamos comunicandole al otro que todo esta bien. Si nos quedamos “soportando”, esperando un momento “más adecuado” para evitar una discusión pública o un “mal rato, lo que estamos haciendo en realidad es darle permiso al otro para que siga haciendo eso que nos molesta o nos ofende. Estamos dándole una retroalimentación positiva. Es decir, le estamos enseñando a que repita su conducta.

Tradicionalmente se nos aconseja no conversar “en caliente”, que es mejor esperar un momento a solas, cuando los ánimos estén más calmados, para poder tener una reflexión más equilibrada. Sin embargo, lo que ocurre es que después – de la fiesta en este ejemplo- después de haber soportado calladamente, disimuladamente lo que nos molesta, llegamos a casa muy cargados negativamente contra el otro. Lo más probable es que el estado emocional sea tan malo que el único propósito de la conversación-discusión, sea descargarse. Entonces salen los juicios, las generalizaciones, el pasado, el “tu siempre”, el “tú nunca”. Nada bueno saldrá de allí.

Si no damos una retroalimentación oportuna perdemos ya los momentos. Perdemos la oportunidad de mostrarle al otro la acción específica que nos está alterando en mismo momento que nos altera, perdemos también la oportunidad de evitar que siga curriendo. Y lo más importante, perdemos la oportunidad de hacernos responsables de lo que nos ocurre. Y esa conversación que tratamos de evitar, la tenemos igual, y se repite incansablemente, pero dentro de nuestra cabeza; la palabra que no dijimos y que después mascullamos y rumiamos solos sin podernos dormir. Al día siguiente nos levantamos, sorprendidos de lo cansados que estamos.

Somos los principales y primeros responsables de cuidarnos. Nadie mejor que nosotros sabe donde nos “aprieta el zapato”. La responsabilidad de mostrarle claramente al otro que acto suyo está provocando en ese momento nuestra incomodidad, es sólo nuestra. El otro no puede adivinar cuando te esta “pisando los callos”, menos lo puede predecir (más aun cuando la vez anterior nos quedamos callados). Por otra parte, las conversaciones posteriores del tipo “con eso que hiciste me faltaste el respeto” no sirven de mucho y se vivencian como injustas, porque el otro no tiene como saber necesariamente con qué actos te sientes irrespetado, menos si no se los has mostrado anteriormente.

Cuidarse y ponerle límites a los demás en un ambiente amoroso, requiere estar conectados con lo que nos pasa y saber comunicarlo a tiempo. Tambien requiere tener compasión y comprender que el otro no puede adivinar que sentimos, ni saber cuando nos puede estar pasando a llevar. Por lo tanto, nuestra comunicación debe ser firme pero amorosa. Es decir, asumir que el sentimiento es nuestro, pero que el otro debe respetarlo.

No se trata de hacerle “una lista” de lo que no se debe hacer con nosotros. No podemos delegar en el otro nuestro propio cuidado, es una responsabilidad propia y permanente. Esto incluye estar comunicados con otro en forma constante, retroalimentarlo, en lo positivo y en lo negativo. Y sobre todo de forma oportuna. Ninguna “conversación posterior” puede reemplazar el efecto poderoso de poner el límite en momento preciso que esta siendo traspasado. Porque cuidarnos es no permitir que continue aquello que nos quita la energía, aquello que nos desgasta, aquello que va matando nuestro amor. En ese instante, cuidarnos y cuidar nuestro amor es lo mismo.

Estoy abriendo unos cupos de atención presencial en mi casa (comunidad Ecologica, Peñalolen) además de la atención telem...
09/07/2023

Estoy abriendo unos cupos de atención presencial en mi casa (comunidad Ecologica, Peñalolen) además de la atención telematica habitual (zoom, teams, etc). Si estas interesado, contactame.

MATURANA UN DOCTOR QUE QUERIA CURAR EL DOLOR DE LA NEGACIONCreo no exagerar si digo que Maturana cambio mi vida. Me hizo...
10/05/2021

MATURANA
UN DOCTOR QUE QUERIA CURAR EL DOLOR DE LA NEGACION

Creo no exagerar si digo que Maturana cambio mi vida. Me hizo bien. Es lo más importante que se puede decir de alguien que uno conoce ¿no es así? Por el soy coach, pero más importante que eso, por el ahora escucho de una manera diferente a los que piensan diferente de mi
¿Qué fue lo nuevo que nos trajo Humberto Maturana a nuestras vidas?
Recuerdo la primera vez que leí una entrevista a él. Fue en la revista “Uno Mismo”, publicación alternativa sobre pensamientos divergentes. En esa entrevista hablaba de cómo los seres humanos queremos escapar de nuestra responsabilidad refugiándonos en la creencia de que existe una verdad, un mundo objetivo que nos “obliga” actuar de una determinada manera. En nombre de estas “verdades” los seres humanos cometemos actos crueles, repugnantes, acciones que nunca seriamos capaces de cometer si no estuviéramos amparados por un “relato” de que son actos “necesarios”. Somos mamíferos- afirmaba-que justificamos nuestras conductas emocionales con “explicaciones racionales” que nos liberan de nuestra culpa, nos relevan de nuestra responsabilidad. Por primera vez pude ver la terrible relación entre verdad y responsabilidad. Quien cree que existe una realidad objetiva y que tiene un “acceso privilegiado” a ella, puede generar dolor sin sentir culpa. Es lo que hacen los países cuando invaden a otros guiados por una suerte “necesidad” externa, ajena, dictada por la historia. O lo que hacen los fanáticos religiosos que creen que detentan la verdad única. Pero también es lo que hacemos nosotros con los seres que amamos, cuando creemos actuar amparados por una “verdad indiscutible”. En síntesis, toda vez que creemos que tenemos la razón, que la verdad es una sola, estamos negando la verdad del otro, su propia validez humana como un “legítimo otro. Y esto generalmente deriva en algo agresivo y dañino.
Estudiando el sistema visual de las ranas que cazan mosquitos con disparos de su lengua, Maturana dejó de creer que existe una realidad externa objetiva independiente del observador. Al rotar el globo ocular de la rana descubrió que la rana -después de esta rotación- disparaba su lengua al sentido contrario donde estaba en realidad su presa, siguiendo la dirección que indicaba su ojo rotado. Es decir, su actuar estaba determinado por su biología y su historia (sus propias correlaciones internas -ojo/cerebro) antes que por el estímulo externo. En términos simples podemos decir que Maturana comprendió que conocemos lo que hacemos, nuestra historia de interacciones, no algo que está afuera. El sistema nervioso- concluyo- es un sistema cerrado de correlaciones internas, nada externo puede definir lo que le pase, sólo “gatillar” lo que ya esta en su estructura. Esta distinción es fundamental en una teoría del conocimiento pues implica que la realidad externa nunca puede ser una información para nuestra mente, sino solamente un detonante.
Mucho tiempo después el coaching ontológico se sirvió de esta premisa para afirmar que cuando alguien cree percibir algo de otra persona, lo que esta percibiendo en realidad es su propia forma de pensar, creada por su propia historia. Dicho de otra manera, nuestros juicios hablan más de nosotros mismos, que de lo que observamos. De allí la importancia de legitimar todas las perspectivas sobre la realidad, porque detrás de cada percepción hay un ser humano con su historia propia, personal y única que no puede ser negada, sin negarlo a el mismo.

07/04/2020

¿Qué es el coaching? ¿Cómo empoderarse para lograr lo que queremos? Entrevista a Alvaro Godoy, coach de CEPPAS en la Radio Universidad de Chile, en el programa Todos Educamos que dirige Marcelo Lewkow

07/04/2020

Entrevista a Alvaro Godoy, coach de Ceppas en la radio Universidad de Chile, en el programa Todos Educamos que dirige Marcelo Lewkow

¿Puede la falta de deseo sexual provocar una infidelidad?Se cree que la falta de deseo sexual, en cualquiera de los dos ...
18/10/2019

¿Puede la falta de deseo sexual provocar una infidelidad?
Se cree que la falta de deseo sexual, en cualquiera de los dos individuos que forman una pareja, es una de las causas de la infidelidad. Sin embargo, menos del 10% de ellos lo son porque uno pierde el deseo, la pasión por su pareja.
Te invitamos a leer esta columna de nuestro director, Antonio Godoy, en Latercera.com

Aunque no hay una relación evidente entre los problemas sexuales y la infidelidad, existen algunos factores que son importantes de considerar al analizar esta temática.

¿Atrapad@ en una relación tóxica? Nuestro director, , nos cuenta cómo identificarla y abordarla en !
16/10/2019

¿Atrapad@ en una relación tóxica? Nuestro director, , nos cuenta cómo identificarla y abordarla en !

Buen fin de semana! Los invitamos a leer esta interesante mista que nos realizaron en ! “Psicólogos derriban diez mitos ...
12/10/2019

Buen fin de semana! Los invitamos a leer esta interesante mista que nos realizaron en ! “Psicólogos derriban diez mitos y verdades sobre la infidelidad

Dos psicólogos expertos en pareja y sexualidad, derribaron los mitos de la infidelidad a través de su libro '¿Y ahora qué hacemos?', además de entregar recomendaciones para saber qué hacer al momento de enterarse que la pareja ha sido infiel...
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Dos psicólogos expertos en pareja y sexualidad, derribaron los mitos de la infidelidad a través de su libro "¿Y ahora qué hacemos?".

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