En las Constelaciones Familiares nos reunimos un grupo de personas con un Constelador o Facilitador.
El Constelador escoge una persona de todos los que formamos el grupo. Esa persona será la que le represente (al cliente) y saldrá al medio del círculo formado por todos los que estamos en el Taller. (a veces escoge a otra persona o a alguien que represente a una enfermedad o aun concepto y a nadie mas - ver mas abajo la modalidad en que en la constelación él o los representantes no se posicionan uno en relación al otro )
Después dependiendo de lo que quiera trabajar, sacará más representantes, bien para su padre o para su madre o para algún miembro de su familia y los ubica también en el espacio del círculo interior que hemos formado.
Estos representantes adoptan el rol del familiar que les halla asignado el Constelador, de tal manera que los acaba identificando con ellos, incluso adoptan aptitudes y comportamientos propios del padre, de la madre o del familiar en cuestión sin conocerlos de nada.
La puesta en escena de la problemática permite que la persona afectada pueda ver la situación desde fuera, como una representación.
Las personas que se hacen cargo de la representación no tienen mucha información al respecto, por lo que no trabajan a nivel analítico ni de entendimiento, sino que a nivel intuitivo y corporal. Empiezan a sentir diferentes cosas en el cuerpo y luego también en la relación entre ellos mismos. Es muy difícil de explicarlo, porque no es algo teórico sino que es práctico, es vivencial".
A través de esta disciplina eficaz se puede dar una mirada distinta a todo tipo de temas, permitiendo ver los recursos inconscientes que tiene cada individuo y así utilizarlos activamente en el desarrollo creativo, y en el resultado final de la puesta en escena teatral. A su vez, permite ver dónde está interrumpido el fluir energético-creativo que bloquea la corriente de inspiración y buscar los caminos, tanto técnicos como de comunicación, al interior del grupo para recuperar este fluir.
En el momento que los representantes entran en ese espacio, se crea un campo de información del sistema al cual se está representando y de un modo casi mágico los representantes actúan como si lo conocieran.
Esto ayuda a que a través de movimientos, a través de palabras o frases sanadoras, dirigidas por el Constelador, cada uno de los representantes encuentra su mejor lugar, el lugar de mayor fuerza donde pueda gestionar mejor su propio destino.
Resolviéndose así el conflicto que traía el cliente.
Eso es lo que se consigue con las Constelaciones Familiares.
Es una experiencia conmovedora.
En este trabajo manejamos asuntos de la vida en general, especialmente aquellos donde las personas en sus familias están teniendo dificultades que nada tienen que ver con sus experiencias personales, pero donde están identificadas con destinos más allá de ellos, llegando muy atrás en sus familias de origen.
Muchos de los temas que surgen son de una naturaleza muy universal, relacionadas con parejas, relaciones padres-hijos, de negocios, enfermedades y otros malestares.
Pero esto es sólo una parte; cuando el panorama se expande entonces se puede aplicar a muchas otras situaciones diferentes a la psicoterapia.
Así fue desde 1998 para mi.
Mi primer taller con Bert Hellinger fue en 1998 en San Francisco California. Ahí él me tomo de representante en varias constelaciones familiares y sentí lo que no hubiera imaginado jamás.
En una constelación fui representante de una víctima del Holocausto, en el campo de concentración de Auschwitz... las emociones que viví entonces cambiaron mi foco, de la Programación Neurolingüística, la Psicomagia de Alejandro Jodorowsky con su genial dominio de las metáforas actuadas y el árbol psicogenealógico, la Neurosemántica de Michael Hall, y la Biología del Amor de Humberto Maturana, a las Constelaciones y la psicoterapia sistémica y los movimientos del espíritu o los caminos del alma de Hellinger.
En 1999 Hellinger me pidió que fuera su traductor en un taller que había programado en Buenos Aires y tome la oportunidad para invitarlo a Chile. Aquí hicimos el primer taller en América latina con asuntos de familia y el primero en la esfera de las organizaciones en el mundo hispano parlante. También constele a mi familia en el primer taller y un secreto fue desentrañado para mi sorpresa y reverente agradecimiento.
Luego fui tomado por Hellinger como representante en varias constelaciones en Argentina. De ahí siguió mi formación con él de Mentor y más tarde en Alemania, con él y su equipo.
Y una practica con su guía, en un contexto al que concurrían personas que buscaban ayuda para problemas muy graves: violencia intrafamiliar, miembros de la familia presos, adicciones a dr**as o alcohol (la comida también), y muchos otras dinámicas sistémicas muy graves, por dos años una vez por semana en un taller de 5 horas cada vez, en el marco de un programa del OS7 de Carabineros de Chile (policía).
En 2001 organice y fui el traductor de Hellinger en un taller su segunda vez en Chile. También participe en el taller que hizo pocos días después en Argentina y ahi volvio Hellinger a escogerme como representante en varias contelaciones, también en el que organizó Alex Kakawski y Tomás Kohn en Chile unos años después.
En mayo del 2001 gracias a una beca de Jakob Schneider --y su grupo de consteladores-- participe en el primer entrenamiento de facilitadores de Constelaciones Familiares para personas de diversas profesiones y experiencias, de todo el mundo. En Zist, cerca de Pensberg, en Alemania, con todo el equipo de Hellinger de entonces liderado por Gunthard Weber, y con Matthias Varga von Kibéd, Jakob Schneider, Bertold Ulsamer, Harald Hohnen, y otros. También en la tercera conferencia mundial de Constelaciones Familiares, en Würzburg, entre del 1-4 Mayo de 2001, en la que participaron mas de 1.700 personas de Alemania y muchas personas de otros países.
Las constelaciones familiares del espíritu
Ya desde entonces Hellinger enseña otra forma de constelaciones familiares. La llama: “Constelaciones familiares del espíritu”. ¿Donde está la diferencia?
Hellinger: “No se posiciona a nadie. Estamos acostumbrados a que cuando alguien quiere constelar a su familia, elige representantes para sus miembros y los coloca en relación unos con otros. Ahora sólo se coloca a una persona y no importa dónde se posiciona. De repente, esa persona esta cogida por un movimiento.
¿De dónde viene ese movimiento? ¿Puede venir ese movimiento del alma del representante? Viene desde afuera, pues es un movimiento del espíritu. Si el representante queda centrado, ese movimiento del espíritu le lleva dentro de su movimiento. Los movimientos del espíritu son siempre movimientos del amor. Acercan y juntan lo que antes estaba separado.
Los movimientos del espíritu se pueden observar. Cuando hablo de esto de una manera filosófica, uno puede pensar sobre ello. Aquí uno no necesita pensar sobre ello. Los movimientos del espíritu se nos hacen visibles. Cogen a los representantes y también al grupo y juntan lo que antes estaba separado.
Los movimientos del espíritu van mucho más allá de lo que podemos observar y conseguir en las constelaciones familiares. Porque en estas uno tiene ciertas intenciones, por ejemplo cuando alguien quiere constelar su familia para resolver un asunto específico. Pero cuando observa lo que ocurre en las constelaciones del espíritu quizás siente miedo porque de repente algo totalmente diferente se pone en movimiento, algo que no se podía imaginar ni podía pensar con anterioridad. Se muestra un movimiento del espíritu. Esto trae de inmediato a la luz lo que había sido ocultado o excluido, sin que se haya mencionado nada sobre ello.
Estos movimientos se perciben solamente cuando los representantes se mantienen sin intenciones. En el momento en que un representante tiene la intención de llegar a algo, ya no está en resonancia con el movimiento del espíritu. Entonces la concentración baja en seguida, también en el grupo.
Los movimientos del espíritu son muy lentos. Cuándo alguien se mueve de forma rápida se sabe que ya no está en resonancia con un movimiento del espíritu. Cuando facilito una constelación familiar del espíritu, yo también me pongo en resonancia con los movimientos del espíritu, yo también sin intención y sin miedo. Por esto puedo a veces decir cosas que van más allá o hacer un representante decir cosas decisivas, sin que me invente estas palabras. Las frases que entonces me llegan o los pasos que debo dar me vienen impuestos. Igual que los representantes no pueden hacer otra cosa que moverse de una cierta manera, yo también solo puedo decir y hacer de una manera que me coge como desde afuera, desde la resonancia con un movimiento del espíritu.
Las constelaciones familiares del espíritu van mucho más allá de las fronteras de la conciencia y con ello más allá de la discriminación entre buenos y malos. Porque la conciencia pone un límite al amor y excluye a otros. En las constelaciones familiares del espíritu el amor se mantiene equitativamente abierto a todos.
Por esta razón las constelaciones familiares del espíritu tienen una repercusión tan profunda sin que podamos siempre entender en detalle lo que esta pasando en concreto. Pero desde el momento en que los movimientos del espíritu se ponen en marcha estos siguen sucediendo, también después de la constelación, sin que debamos intervenir de nuestro lado o tengamos el permiso para hacerlo.”
La constelación familiar no es una técnica ni un método que pueda aprenderse y luego ponerse en práctica. Puede ser experimentado. A través de experimentar, acompañar, observar y practicar uno puede adquirir una postura interna, que da acceso a la dimensión que realmente toma el control en una constelación.
El constelador está alerta, esperando y sin intención dentro de una postura que hace posible tal orientación. Él o ella espera recibir el siguiente paso o la próxima palabra de ese lugar que le permita actuar. Es esencial que el constelador encuentre al cliente con una postura abierta y accesible, libre de cualquier juicio y deseo.
La vida es continuo movimiento, cada vivencia, cada experiencia nos pone a prueba y nos pide dar el siguiente paso.
No siempre es sencillo, a veces nos encontramos con dificultades, con obstáculos, o no hallamos los recursos necesarios para seguir adelante.
El alma indica el camino
Hellinger: “Las constelaciones familiares son un resultado de la actitud fenomenológica. Actitud fenomenológica significa (desde la filosofía) que una persona se retrae y que está sin temor y sin intención, en el sentido de querer ayudar a otro a toda costa.
Los acontecimientos mismos quedan fuera del terapeuta, algo sucede fuera de él. Al retraerse no interfiere en esos acontecimientos. Es esa reserva la que crea el espacio en el que los movimientos decisivos pueden salir a luz.
Los representantes se mueven bajo el impulso del alma y encuentran soluciones que están más allá de la influencia que puede ejercer el terapeuta. Así el terapeuta en realidad no necesita hacer nada. Pero al hacerlo no está pasivo. En ese recato está completamente despierto. Quizás a veces entonces ve que debe intervenir, y en ese caso lo hace. Pero es sin método alguno.
Por esa razón esa actitud fenomenológica solamente se logra si todo lo que se sabe acerca de las constelaciones familiares de cierta manera también lo olvida. Se retrae también de eso, brindando todo el espacio a lo que se va desarrollando casi por sí solo.
Las imágenes que surgen en las constelaciones familiares tienen muchas capas. Si uno quiere fijarlo en algo determinado, la imagen en sí ya no puede actuar. Por lo tanto, los participantes permiten que las constelaciones familiares que vivencian aquí actúen en ellos. Pero si ellos mismos se ven confrontados con una situación similar, es mejor prestar atención a la propia alma, no a aquello que se desplegó en un taller o video.
De esa forma tal vez uno encuentre la solución adecuada a través de la propia alma. Lo que ocurre en las constelaciones es impresionante. Muestra qué fuerzas actúan en el alma individual. Por lo tanto, si yo le presto más atención a mi alma y no tanto al terapeuta que quizás me ayuda, el alma tiene más posibilidades de desplegarse y de encontrar el camino adecuado para ella. Así tal vez también sea más probable que la persona se encuentre con un terapeuta o un amigo adecuado que le ayude a avanzar.
Hay muchas cosas que se dan por si solas cuando uno confía en el alma. Sin embargo, cuando una persona dice que todo depende de que pueda configurar a su familia, en ese momento está enajenado de su propia alma. Y con la persona que me acosa demasiado no puedo trabajar. Espera demasiado de mí. Yo entonces me veo en una situación en la que se me niega la condición de ser humano común, con sus limitaciones, y también con sus fracasos. No debo prestarme a algo así. Por mi propia alma no debo hacerlo.”
Mi vocación es estar aquí para ayudar, con las herramientas que manejo, a “Ampliar la Mirada”, sobre cualquier situación, cualquier dificultad, ya sea en tu vida, en tu familia, la escuela, el trabajo, la empresa... o iluminar las decisiones de envergadura que quieras o dudes en adoptar...
Humberto del Pozo López.
Magister en Ciencias, Universidad Católica de Lovaina, Belgica (1979-1980). “Facilitador” de Constelaciones Familiares (1999-2001).