01/02/2023
TRASTORNOS DE ANSIEDAD
Introducción-
La percepción del peligro nace con el ser humano mismo, siendo el miedo la emoción que se corresponde al reconocimiento de una amenaza.
Hablamos de miedo cuando la reacción se produce frente a un peligro externo y conocido, reservando el término ansiedad a la inquietud psicológica que se produce ante un temor no determinado - interno -, y angustia cuando la misma comprende síntomas somáticos o físicos concomitantes. (en la práctica se utilizan en forma indistinta los términos ansiedad y angustia)
Numerosos son los temores que asaltan al ser humano desde su origen, desde aquél del hombre primitivo frente a una naturaleza que no dominaba, a las inseguridades que se viven en el mundo actual. Hoy por hoy el miedo, la ansiedad y la angustia constituyen parte de la vida cotidiana, como producto de numerosos factores condicionantes y precipitantes presentes en la sociedad y la cultura.
A partir del presente artículo desarrollaré el vasto capítulo de los Trastornos de Ansiedad en sus distintas manifestaciones, a los fines de informar a los lectores respecto de un problema cuya magnitud se va acrecentando día a día.
Cabe destacar que la ansiedad como señal anticipatoria (alerta) constituye una reacción normal, al servicio de la puesta en juego de mecanismos de defensa y afrontamiento frente a distintas situaciones. Pero cuando la misma desborda el psiquismo deviene patológica, por cuanto su severidad vulnera la capacidad de adaptación, conformando una alteración o un desequilibrio de vasta predominancia en distintos cuadros psicopatológicos.
De acuerdo a los últimos estudios epidemiológicos afecta a aproximadamente un 15% de la población superando en frecuencia a los trastornos depresivos (el alto consumo de dr**as ansiolíticas es uno de los indicadores más evidentes).
La incidencia es mayor en la mujer, aunque en el hombre se manifiesta de un modo más severo. Es más frecuente al final de la adolescencia y comienzo de la edad adulta (en los niños prevalece en un 2%), presentándose como un cuadro definido - también - luego de los 50 años.
Las personas angustiadas tienden a ser aprensivas, viven preocupadas porque algo malo les ocurra (o a sus seres queridos), con una sensación de incertidumbre, desvalimiento, desazón y miedo difusos; son impacientes, se irritan con facilidad y se sienten incómodos ante ambientes desconocidos o no familiares. Perciben malestar y displacer, casi en forma permanente. Todo lo cual genera una gran tensión.
En los desórdenes ansiosos la sintomatología se expresa tanto a nivel psíquico como físico (un 20% de las consultas cardiológicas se deben a un estado de ansiedad), razón por la cual la perturbación implica un gran sufrimiento.
El cuadro prototípico es la denominada Crisis de Angustia (o Ataque de Pánico) que aparece en muchos de los trastornos de ansiedad y que se caracteriza por:
- Aparición temporal de miedo y malestar intensos, acompañada de cuatro (o más) de los siguientes síntomas, de inicio brusco y que alcanza su máxima expresión en los primeros 10 minutos:
1) palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardíaca
2) sudoración profusa
3) temblores o sacudidas
4) sensación de ahogo o falta de aliento
5) sensación de atragantarse
6) opresión o malestar torácico (en el pecho)
7) náuseas o molestias abdominales
8) inestabilidad, mareo (aturdimiento) o desmayo
9) sensación de irrealidad o despersonalización (estar separado de un mismo, sentirse extraño)
10) miedo a perder el control o volverse loco
11) miedo a morir
12) sensación de entumecimientos u hormigueos intenso
13) escalofríos o sofocaciones
Es decir que quien padece una Crisis de Angustia siente un temor intenso, con síntomas somáticos que pueden remedar (parecerse a) un infarto, un accidente cerebro-vascular o cualquier afección grave, lo cual genera un acrecentamiento de su ansiedad.