11/09/2024
Tratamiento correctivo de una clase III, con disyunción sin facilitación quirúrgica, con mini placas y cirugía osteogenica.
Ahora viene mi descargo: mucha gente debe ver este caso y debe decir, otro caso más con anclaje esquelético. Y no se detienen en ver la dificultad del caso, o no entienden la dificultad del caso.
Es fácil ver el antes y después cuando el caso está finalizado, pero qué pasa cuando tienes al paciente al frente tuyo, buscando una solución, sabiendo que le dijeron que era quirúrgico, y tú le debes entregar CERTEZAS. Certezas de que vas tratar bien este caso y no que vas a “intentar” compensar. El paciente necesita certezas. Y debemos estudiar el caso, idear nuestras mecánicas, ejecutarlas, en el tiempo que prometimos, sabiendo que no hay otro resultado que no sea el éxito. Eso es lo difícil. La dificultad está en entregar certezas y no equivocarse.
Y para mí esto no es una compensación, es un tratamiento correctivo.
Me quedo con estas cuatro palabras: certeza, eficacia, eficiencia y consistencia. Si, consistencia en tus resultados. No se trata que un par de casos te queden buenos. La mayoría, e idealmente todos los casos debiesen quedar buenos. Eso es ser consistente. Y para que eso ocurra, debemos estudiar muy bien cada caso (diagnóstico), evaluar todas las variables, ejecutar muy bien las mecánicas, resolver los efectos adversos, entender y resolver las expectativas de los pacientes.
Esto no quiere decir que todos los casos son compensables. Esto quiere decir, que uno debe tener claridad de que casos puedes compensar y llegar a éxito, y cuáles no.
Y por último, para los que tienen mejor ojo: muchos sabemos qué casos son favorables de compensar y cuáles no. Y en los casos que no son favorables de compensar, la dificultad está en estudiar el caso, evaluar y re evaluar el caso, hasta encontrar el cómo tratarlo y llegar a puerto. Este caso no era favorable y supimos resolverlo.