01/10/2025
La motivación intrínseca nace de tu interior, del placer y la satisfacción personal que te da una actividad. Es el impulso por aprender, crear o superarte a ti mismo, sin necesidad de recompensas externas.
La motivación extrínseca, en cambio, depende de factores externos. Buscas obtener una recompensa, un reconocimiento, o evitar un castigo. Un premio, una buena nota o el elogio social son ejemplos claros.
Para que tus metas sean efectivas y mantengan tu motivación, el establecimiento inteligente es clave. Las metas deben ser Específicas, Medibles, Alcanzables, Relevantes y con un Tiempo definido (SMART).
Combina ambas motivaciones. Las recompensas extrínsecas pueden iniciar un hábito, pero es la pasión intrínseca la que lo sostiene a largo plazo y lo hace resiliente ante los obstáculos.
Prioriza el "porqué" sobre el "qué". Cuando tu meta está alineada con tus valores personales (motivación intrínseca), el camino se vuelve más significativo y satisfactorio.
Recuerda: las metas extrínsecas, como solo ganar dinero, pueden agotar tu energía. Las intrínsecas, como dominar una habilidad, la renuevan. Busca el equilibrio para un rendimiento perdurable y una mayor realización.