04/08/2025
*La Historia Olvidada de la Manteca de Cerdo: Un Recorrido por su Pasado y Presente*
*1. Un Ingrediente Ancestral*
Durante siglos, la manteca de cerdo fue la grasa de cocina por excelencia en gran parte del mundo. Rica, estable y versátil, se usaba para:
- Freír
- Hornear
- Untar
- Conservar alimentos
*2. Un Producto Valioso en Muchas Culturas*
En muchas culturas, desde Europa hasta Mesoamérica, la grasa animal no solo era energía, sino un producto valioso. La manteca de cerdo se usaba en:
- Panadería tradicional
- Tortillas
- Confituras
*3. El Cambio en el Siglo XX*
En 1911, Procter & Gamble lanzó Crisco, el primer aceite vegetal hidrogenado a gran escala. Lo promocionaron como "limpio, moderno y saludable", frente a la "sucia" manteca.
*4. La Campaña de Marketing*
La campaña fue un éxito. Usaron tácticas agresivas:
- Recetarios
- Publicidad en medios
- Alianzas con médicos y asociaciones
El resultado: la manteca de cerdo comenzó a verse como anticuada e insalubre.
*5. La Verdad detrás del Marketing*
Pero era marketing, no ciencia. Estudios posteriores muestran que las grasas trans industriales (como las de Crisco) son más dañinas que las grasas saturadas naturales.
*6. Los Beneficios de la Manteca*
La manteca, aunque saturada, es libre de grasas trans si se prepara tradicionalmente. Contiene:
- Vitamina D
- Ácidos grasos monoinsaturados (como el aceite de oliva)
- Puede ser más estable al calor que muchos aceites vegetales
*7. El Impacto en la Salud*
La demonización de las grasas animales vino acompañada de una subida en el consumo de aceites refinados (soya, canola, maíz). Muchos se extraen en caliente con solventes como hexano y tienen más omega 6 inflamatorios.
*8. La Revalorización de la Manteca*
Hoy, chefs y nutricionistas están revalorando la manteca. No como un superalimento, pero sí como una opción real, ancestral y menos procesada que muchos "aceites saludables" del supermercado.
*9. Conclusión*
La manteca no es el enemigo. Su caída fue más producto de intereses comerciales que de evidencia. Como todo, su valor depende del contexto, la calidad y la moderación.