25/11/2024
Lección 112. A tres voces- El ser superior
El ser superior está relacionado con la bondad, la misericordia, la armonía y, por supuesto, el amor que, se hace compasión con el que está interiormente destrozado y, por esa razón, termina sirviendo al mal, transmitiendo el dolor que nunca logró sanar. Cuando entramos en contacto con el ser superior, la realidad interior dolorosa termina transformándose, lo que somos realmente se manifiesta y la vida se hace auténtica.
El Ego, la fuerza interior que nos ayuda a lograr la realización de nuestra identidad, termina desviando su fuerza hacia objetivos diferentes cuando el dolor toca las fibras más profundas de nuestro ser, de nuestro corazón. Ante el dolor, el Ego se enceguece y, comienza actuar desde la inconsciencia protegiéndose. Para lograrlo, centra su atención en la imagen, el prestigio y el poder. Así, es como la fuerza que podría servirnos para realizarnos auténticamente, termina impulsándonos a negar el dolor y, en consecuencia a vivir en función de los impulsos del ser inferior y la máscara.
Accedemos al ser superior cuando hacemos una pausa y escuchamos la voz interior del amor. Muchos temen a hacer una pausa en su vida, porque de inmediato, aparecen la sensación de frustración, de rechazo, de abandono que causó el trauma en nuestra infancia. A través de la meditación, la contemplación, la introspección llegamos a nuestro centro profundo, al espacio del alma donde la divinidad habita y nos revela nuestra identidad real y auténtica.
Cuando tomamos fuerza y paramos, cuando hacemos silencio, cuando no nos dejamos amedrentar por los fantasmas del trauma y, nos adentramos en el mundo de la contemplación y la meditación, empezamos a conocer aspectos ignorados de nosotros mismos que, al revelarse, nos muestran que somos mucho más de lo que estábamos acostumbrados a ver y admitir. Entrar en contacto con la verdad que nos habita, no solo agita las fuerzas oscuras que hay dentro de nosotros, también nos abre las puertas que nos conducen a la luz y a la libertad.
Muchas personas meditan a diario. Sin embargo, no logran conectar con su interior porque están más apurados en hacer crecer su ego espiritual que, en lograr una auténtica transformación. No todo el que medita y contempla está buscando un encuentro real y verdadero consigo mismo. El descenso a las profundidades del alma no es algo que traiga tranquilidad; al contrario, el mundo emocional se agita trayendo a la superficie todo aquello que necesita ser integrado, amado y trascendido. Cuando esto se logra, la manifestación del ser superior comienza a darse. Bendiciones a todos.