El tratamiento de la patología sexual ha constituido una parte de cierto número de especialidades médicas, como la urología, la psiquiatría, la endocrinología, la neurología, la ginecología, etc. A medida que se han ido adquiriendo nuevos conocimientos sobre la sexualidad, se ha comprobado que este planteamiento fragmentario es cada vez más incompleto. La sexología en pleno desarrollo ha venido a
abarcar un acervo de conocimientos mucho mayor del que cabía dentro de los límites más estrechos de cada una de esas especialidades más antiguas. Con el tiempo, han ido surgiendo unos especialistas en sexología competentes, y la esfera de sus conocimientos teóricos y prácticos ha resultado mucho mayor que la que antes se encerraba en las especialidades ya establecidas. Sólo el sexólogo puede tener un completo conocimiento de los trastornos sexuales y tratar con eficiencia toda su patología”. (OMS- Las enseñanzas de la sexualidad humana en las escuelas de formación de profesionales de la salud, Ginebra, 1975. La creciente demanda de atención en salud sexual motivada por los cambios socioculturales vividos desde mediados del siglo XX, los cuales generaron entre otros, nuevas preocupaciones respecto a la vida sexual -si bien antes las dificultades se centraban en los aspectos reproductivos, ahora existe gran interés por la función sexual y el disfrute erótico. Los médicos deben estudiar, investigar y trabajar cada vez más en este campo. Las Escuelas de Medicina tanto en el nivel de pregrado como de postgrado deben formar un recurso humano capacitado para abordar con solvencia los aspectos biopsicosociales de la sexualidad y tratar de manera adecuada la patología sexual de acuerdo al nivel de complejidad. Los médicos con Especialidad en Sexología Clínica contarán con amplia formación en los campos de la psicoterapia y farmacoterapia, además de profundo conocimiento en aspectos socioculturales y de ética sexual.
