
29/07/2025
Como un estoico, ARIO mantiene su firme respaldo a la lucha del Presidente ÁLVARO URIBE contra las fuerzas que han buscado subvertir los valores democráticos de Colombia.
Durante décadas, Colombia ha enfrentado una amenaza persistente: grupos narcoterroristas como el M-19, las FARC y el ELN cometieron crímenes atroces —desde secuestros sistemáticos, violaciones de menores y actos de barbarie hasta masacres de comunidades enteras— con la pretensión de imponer un proyecto ideológico totalitario sobre la nación.
Mientras muchos optaron por el silencio o la complicidad, solo un líder los enfrentó sin titubeos: el Presidente ÁLVARO URIBE VÉLEZ. Bajo su gobierno, el país recuperó territorios, desmanteló estructuras criminales, liberó a miles de secuestrados y devolvió esperanza a millones de colombianos. Su política de seguridad democrática no fue una ideología, fue una respuesta ética al terror. Fue la defensa justa de un pueblo asediado por el comunismo armado.
Hoy, sin embargo, la historia ha sido invertida. Aquel que defendió la libertad es perseguido con el rigor que nunca se aplicó a quienes empuñaron el fusil contra la Constitución. Mientras los victimarios reciben curules, escoltas y tribunas, el líder que los enfrentó es condenado moral y judicialmente por haber resistido el avance del totalitarismo.
En su lugar, un exguerrillero populista, con promesas de trenes eléctricos sin cimientos técnicos y una retórica fantasiosa, se hizo con el poder. Colombia no solo ha perdido el rumbo institucional: ha entregado su destino al mismo proyecto marxista que destruyó a Cuba, empobreció a Venezuela y convirtió a Nicaragua en una dictadura.
Hoy los colombianos de izquierda celebran. Pero llegará el día en que sus hijos tengan que migrar y sobrevivir limpiando vidrios en las calles de países que sí defendieron el capitalismo, la democracia y la propiedad privada.
Porque el comunismo no ofrece redención, solo miseria.
Somos ARIO.
Medicina Laboral de Policías y Militares.
It. Andrés Río
Director Ejecutivo