09/04/2024
Tantas veces
Hace unas semanas venía hablando con un colega, al que llamaremos Francis. Francis había estado llevando psicoterapia por un tiempo, sin embargo, pensaba descontinuarla ya que, a su criterio, "debido" a la terapia se iba a quedar "solo". Le pregunté qué significaba esto y me contó que luego de las sesiones se había dado cuenta de dos cosas; la primera era que en muchas de sus interacciones con amigos y compañeros del trabajo, él se encontraba muy atento de hacer actividades según lo que otros decían o esperaban; y que también había estado muy pendiente de no cometer errores cuando estaba con ellos (las personas de su grupo solían ser bastante críticas con aquel que se equivocaba, más aún si no "hacía lo que se esperaba dentro del grupo")
Al percatarse de esto, Francis decidió conversar, expresó sus observaciones con algunas personas del grupo y cómo se sentía con la crítica que se hacían entre ellos. Muchos lo escucharon y le dijeron que era un "exagerado" y que ellos siempre habían sido de ese modo y que se dejara de "niñerías". Francis se dijo a sí mismo que estaba siendo, efectivamente, muy exagerado, no obstante, le molestaba que lo criticaran por equivocarse, siendo los reproches más intensos cuando él cometía errores o no los complacía. Decidió nuevamente hablar con sus amistades y le respondieron que era él quien, desde que iba a terapia, estaba diferente y que deje de ser tan "denso" de lo contrario se iba a quedar "solo".
Francis se quedó triste, se dijo que antes de la terapia él podía estar con ellos "casi" sin problemas; sí, era cierto que muchas veces no se sentía cómodo con las burlas, se molestaba, se quedaba callado y hasta se resentía, pero se "olvidaba rapidito". Llama la atención que durante mucho tiempo Francis presentaba episodios de ansiedad, síntomas depresivos y problemas para el sueño, sudaba bastante cuando tenía que exponer y muy pocas veces hacía realmente lo que quería por temor a que otros lo molestaran. Cuando empezó aceptar que podía cometer errores, aprender de ellos, y a decir que le eran desagradables ciertas conductas de las personas de su grupo se sintió más tranquilo, esto lo extrapoló también con sus familiares (que también eran bastantes críticos y perfeccionistas) y se percató que a ellos tampoco les gustó, conversó de esto en terapia y aceptó que no necesariamente las otras personas tenían que cambiar para él, pero que tenía la decisión de con quién compartir.
Desafortunadamente, Francis esperaba que sus amistades lo entendieran y empezaran a ser diferentes con él, se le estaba haciendo muy difícil entender que él había iniciado un proceso de cambio y que había conductas y actitudes que le desgradaban, pero él estaba más pendiente de como volver a acomodarse a esa situación regularmente negativa para él, en lugar de evaluar que le convenía o dónde podría encontrar personas más afines con sus hallazgos.
Es curioso que muchas veces las personas no buscan realmente un cambio, sino un modo de sentirse bien haciendo lo mismo, es interesante también que pueden estar dispuestos a retomar los síntomas en lugar de buscar aquello que de bienestar real y no solamente la fantasía de no estar tan mal...