01/10/2024
Hoy, al celebrar un año más, reconozco que cada día es una lección y cada lección es un paso en mi evolución. He aprendido a amar mis imperfecciones.
Soy la creadora de mis propias oportunidades; he dejado de restar y dividir, y he aprendido a sumar y multiplicar todo aquello que aporta completamente a mi vida. Este día no solo marca el paso del tiempo, sino el crecimiento de mi ser. Estoy lista para ser la arquitecta de mis propias oportunidades, con la certeza de que cada experiencia se convierte en una semilla que germina en mi vida.
Hoy, a través de esta meditación, quiero compartir con ustedes mi profunda gratitud por un nuevo año lleno de maravillosas experiencias, desafíos y aprendizajes. Respirar es innato, pero rara vez lo notamos. Vivimos como si el próximo aliento estuviera garantizado, pero en realidad, el momento en que dejamos de respirar es el fin de todo. ¿Qué pasaría si vivimos cada respiro con plena conciencia, como si fuera el último?
Descubro que el amor no conoce barreras de espacio ni de tiempo. Aunque estoy lejos de tantas personas especiales que amo y que siempre llevan un lugar en mi corazón—como mis hijos, mi persona favorita, mi querida nieta, mi madre, y mis hermanas y hermanos—siento su amor presente en cada momento de mi vida. Y muy conectada con el amor, que me acompaña.
Estoy agradecida por cada amistad, cada cliente, y por todos los ángeles terrenales que, con sus corazones generosos, pasan y seguirán pasando por mi vida. Su apoyo y amor me guían, llenando mis días de luz y esperanza.
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