16/06/2025
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Conocer bien a tu perro va mucho más allá de saber su raza o su edad: implica entender su historia, temperamento, necesidades y lenguaje emocional. Tanto el Shih Tzu como el Pekingese son razas que, aunque parecidas en tamaño, encierran universos distintos de personalidad y origen. El Shih Tzu fue criado como perro de compañía en los palacios imperiales chinos, lo que explica su dulzura, su necesidad de afecto constante y su gusto por la compañía humana. El Pekines, también de linaje imperial, se consideraba sagrado y exclusivo de la realeza; este pasado se refleja hoy en su orgullo, su actitud digna y cierta resistencia a seguir órdenes si no lo desea.😲
Un dato poco conocido del Shih Tzu es que, a pesar de su apariencia dulce, puede desarrollar ansiedad por separación severa si se le deja solo mucho tiempo, lo que se traduce en llantos o destrozos. Además, su nariz corta no solo dificulta su respiración, sino que también limita su capacidad para regular la temperatura corporal, por lo que puede sobrecalentarse fácilmente, incluso con poco ejercicio.🐶
En el caso del Pekinés, un detalle curioso es que su andar puede parecer torpe o lento, pero está diseñado así por su estructura corporal: tiene una espalda corta, extremidades arqueadas y un centro de gravedad bajo que lo hace más resistente a golpes. También tienen un rasgo muy antiguo: un "pelo de león" alrededor del cuello, que en la antigua China se creía que lo protegía de los malos espíritus. Además, tienen un párpado especial llamado "tercer párpado" que ayuda a proteger sus ojos grandes, pero que también puede volverse propenso a enfermedades si no se cuida bien.