
12/09/2025
🔊 La forma en la que hablamos con los niños influye directamente en su desarrollo del lenguaje.
Muchas veces, sin querer, usamos frases que generan presión o frustración en lugar de motivación.
La clave está en convertir cada interacción en una oportunidad para aprender nuevas palabras y estructuras, sin corregir de forma negativa.
Aquí tienes algunos ejemplos 👇
❌ “Habla bien”
➡️ Esta frase no le enseña al niño cómo hacerlo, solo lo hace sentir que lo está haciendo mal.
✅ “Te entiendo, dijiste coche. Sí, es un coche rojo que va muy rápido.”
➡️ Aquí el adulto valida el intento, repite la palabra correctamente y añade información (adjetivos, acciones). Esto enriquece el vocabulario y la confianza del niño.
❌ “Di la palabra”
➡️ Obligar al niño a repetir puede generar rechazo hacia el habla.
✅ “¿Quieres agua o leche? El agua está fresca.”
➡️ Se ofrece un modelo natural de lenguaje y se dan opciones. El niño escucha las palabras en contexto y puede usarlas si quiere.
❌ “Eso no se dice así”
➡️ Interrumpe la comunicación y puede hacer que el niño se cohíba.
✅ “Ah, dijiste tato. Sí, es un zapato.”
➡️ El adulto reformula de manera positiva, sin negar lo que dijo el niño. Se valida su esfuerzo y se le da la forma correcta.
✨ Consejo logopédico:
1. Usa frases modelando y ampliando lo que el niño dice.
2. Evita corregir de manera negativa.
Conviértete en un “espejo de palabras”: repite, añade y enriquece.
✅ Así, el niño aprende en un ambiente de seguridad, confianza y motivación.
💡 Recuerda: el lenguaje no se enseña con órdenes, se construye con ejemplos y experiencias compartidas.