
30/05/2024
BURSITIS
La bursitis es la inflamación de una bursa, que es una pequeña bolsa llena de líquido que actúa como un cojín entre huesos, tendones y músculos cerca de las articulaciones. La fisioterapia es una opción efectiva para tratar la bursitis y puede incluir varias técnicas y ejercicios. A continuación, se describen algunas de las estrategias comunes utilizadas en la fisioterapia para tratar la bursitis:
1. Reposo y Protección
Reposo: Es esencial descansar la articulación afectada para reducir la inflamación y el dolor.
Protección: Usar soportes o inmovilización temporal para evitar movimientos que puedan agravar la condición.
2. Aplicación de Hielo y Calor
Hielo: Aplicar compresas frías en la zona afectada durante 15-20 minutos, varias veces al día, para reducir la inflamación y el dolor.
Calor: Después de la fase aguda, aplicar calor puede ayudar a relajar los músculos y mejorar la circulación en la zona.
3. Ejercicios de Estiramiento
Estiramientos suaves: Ayudan a mejorar la flexibilidad y reducir la rigidez. Ejemplos incluyen estiramientos de la zona afectada (como el hombro, cadera o rodilla).
Evitar estiramientos dolorosos: Es importante no forzar los estiramientos para evitar agravar la inflamación.
4. Ejercicios de Fortalecimiento
Ejercicios de fortalecimiento: Fortalecer los músculos alrededor de la articulación afectada puede ayudar a reducir la carga sobre la bursa inflamada.
Progresión gradual: Comenzar con ejercicios de bajo impacto y aumentar la intensidad gradualmente.
5. Terapias Manuales
Masajes: Los masajes pueden ayudar a aliviar la tensión muscular y mejorar la circulación sanguínea.
Movilización articular: Técnicas de manipulación para mejorar el rango de movimiento de la articulación afectada.
6. Ultrasonido Terapéutico
Ultrasonido: Puede ser utilizado para promover la curación de los tejidos blandos y reducir el dolor.
7. Educación y Modificación de Actividades
Ergonomía: Educación sobre posturas y técnicas adecuadas para evitar movimientos repetitivos que puedan causar o agravar la bursitis.
Modificación de actividades: Ajustar las actividades diarias para reducir el estrés en la articulación afectada.
8. Terapia de Ondas de Choque
Ondas de choque extracorpóreas: Puede ser útil para casos crónicos, promoviendo la curación y aliviando el dolor.
9. Programa de Ejercicios en Casa
Ejercicios domiciliarios: Instruir al paciente en ejercicios que puede realizar en casa para continuar el tratamiento y prevenir recurrencias.
10. Tratamiento Adicionales
Medicamentos: A veces, se pueden recomendar antiinflamatorios no esteroides (AINE) para reducir la inflamación y el dolor.
Inyecciones: En casos más severos, se pueden considerar inyecciones de corticosteroides para reducir la inflamación.
Importancia de la Evaluación Individual
Cada paciente es único, por lo que es importante que un fisioterapeuta realice una evaluación detallada para diseñar un plan de tratamiento específico que aborde las necesidades individuales y la gravedad de la bursitis.
Si tienes algún síntoma de bursitis o deseas iniciar un tratamiento de fisioterapia, es recomendable consultar a un profesional de la salud para obtener un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento personalizado.