18/11/2025
A veces pensamos que un taller empieza cuando las alumnas llegan…pero la verdad es que empieza mucho antes.
Ovillar no es solo preparar los hilos.
Es parte de ese trabajo invisible que nadie suele ver:
el tiempo previo, la dedicación silenciosa,
la intención de que cada persona que venga al taller se sienta cuidada desde el minuto cero.
Mientras hago ovillos, mi cabeza también se acomoda.
Se ordenan ideas, dudas, planes y ganas.
Es mi pequeño paréntesis antes del movimiento,
mi forma de ponerme en modo “crear” y “enseñar”.
No siempre es rápido, no siempre es fácil,
pero siempre es necesario.
Porque detrás de cada taller hay mucho más que materiales:
hay tiempo, calma, detalles… y una parte de mí en cada preparación.
Y quiero compartirlo para que se entienda todo lo que hay detrás, todo ese trabajo que no se ve pero que sostiene lo que sí se ve. 🧶✨
Cuéntame: ¿cuál es tu “momento ovillo”?