28/01/2024
Esta es la historia de tres que coinciden en el espacio y en el tiempo. Es un día cualquiera de su vida en relación. Es la de una abuela, un hijo y un nieto…
Es la narración de una mirada a un de relaciones que empieza así:
El tiene 5 años y está cansado, como se diría en Lanzarote: ¡está “tecloso”!
El padre se da cuenta del cansancio de su y atiende su petición, lo coge en , con cariño, con ternura, y se lo lleva a la cama.
Entonces, la dice, mientras ve que su hijo se va:
¿Qué puede estar pasando?
En mi opinión, además de una cultura de base que ve mal que se mime a los/as niños/as, porque equivocadamente se cree que se les hace débiles o se les malcría, que el malestar del otro y no se le sostiene, independientemente de ello, creo que la abuela cuando mira a su hijo, en este momento de su vida, el de la , conecta inconscientemente con su propia historia como (y como hija). Creo que proyecta lo que ella vivió: quizás mucho cansancio, , estrés, soledad, falta de apoyo, abandono, , enfado….
Entonces, la abuela que quiere cuidar pero no puede soportar el cansancio de su hijo, está reaccionando desde una parte herida, y no integrada, en forma de y rechazo.
Sin embargo, si pudiera por encima de su propio dolor vería que es su hijo el que decide. Su hijo lo está haciendo suficientemente bien.
La abuela cree que su hijo necesita mejor y por eso debiera de no coger ese peso, esa "carga"…, pero es algo que, sin embargo, él está decidiendo hacer.
Por eso creo que, quizás, la mejor forma de ayudarle es no rechazar lo que él está hacer, al contrario, me parece que una forma más compasiva de cuidarlo sería el valor de lo que está haciendo. Que es nada más y nada menos que mostrarse a la necesidad de su hijo…
En definitiva, el padre está actuando en consecuencia, con , como cuidador de un ser humano que está en desarrollo, es y .
Por último, un apunte más, estas donde no se validan las decisiones o emociones del otro, y por tanto no se le acompaña o se le cuida adecuadamente, se pueden dar también entre una , dos amigos…
Darnos cuenta de ello es el primer paso para, desde la , amable y compasivamente, relacionarnos con el dolor de los demás y el nuestro propio, de otra forma.