07/10/2025
Todos nos hemos encontrado alguna vez algún momento en el que comemos sin tener hambre física. Pero cuando se repite con frecuencia, puede que esté más relacionado con cómo gestionamos las emociones: el malestar, el cansancio, la soledad, el estrés…
En esos momentos, la comida cumple una función: distracción, consuelo, dar un respiro. Y, aunque no sea la más saludable, muchas veces es la única forma que tenemos.
El enfoque no está en prohibir 🚫, sino en escuchar qué estamos necesitando realmente.✨
Porque detrás de ese gesto automático puede haber una emoción no atendida, una carga, una necesidad de calma o de contención.
🧩 El objetivo no es comer “mejor”. Es entender qué lugar ocupa la comida cuando lo emocional se queda sin palabras.