17/10/2023
Los viajes me reconectan conmigo. Cuando salgo de mi zona conocida al mundo y observo nuevos lugares, formas de hacer y personas; me inspira a pensar ¿cómo puedo disfrutar aún más de mi vida de lunes a domingo?
Pero Japón, AY Japón fue otra historia. Muy potente, llena de luz seguida de oscuridad para llegar al BRILLO. Ese que aparece cuando sabes lo que sabes y eres lo que eres. Sin más.
En Japón me dí de bruces con mi mente en BUCLE. Visite muchos templos y lugares dónde reinaba el silencio. Me fascinaba estar ahí, en calma; miraba a los japoneses con admiración. ¡Yo quiero! Quiero vivir en presencia cada momento de mi día, conectar con las personas más profundo.
Y en ese anhelo... la mente imparable que me contaba no se qué historias y dudas sobre mi valía. Me dí cuenta de lo que me llegaba a limitar mi actividad mental.
➿️ Estaba en una relación que no quería estar y no lo quería aceptar. Mi mente enbuclada justificaba lo injustificable y atrasaba lo inevitable.
➿️ Iba por la vida de puntillas, tratando de llegar a todos los lugares, de cumplir con todo lo que me proponía y de complacer al mundo. Mi mente en bucle no me permitía salir de esa idea de niña buena que puede con todo. Bah!
➿️ Sentía insatisfacción sin razón aparente y tenía mucho miedo a descubrir que había dentro de mí. Mi mente me decía sigue, sigue y me culpaba cuando me salía de lo previsto.
Allí en Japón, se abrió una gran puerta ante mí. La de SER en presencia. Volví sin saber muy bien qué impacto tendría y se fueron dando los cambios en los meses siguientes.
🫶 Solté mi relación sabiendo la parte de mí a la que también decía adiós.
🫶 Empecé a meditar y a habitar emociones muy liberadoras.
🫶 Descubrí qué quería dar más y diferente al mundo.
🫶 Elegí complacerme siempre a mí misma antes.
Y tú, ¿has tenido algún viaje que haya sido un antes y un después?
💜