02/10/2025
La primera vez que vi un documental sobre Jane Goodall me llamó la atención lo mismo que a todo el mundo, esa chica británica, rubita, flaca y tan blanquita, metida en la espesura de la selva africana, entre mosquitos y chimpancés. Recuerdo haber pensado "guau! Si no se la comen unos, se la meriendan los otros. Tiene ovarios la tía".
También recuerdo haber pensado que, a pesar de todo, y me puedo imaginar que las dificultades no fueron pocas, se le veía muy feliz entre esos enormes animales.
A medida que fui conociendo más de su personalidad y su trabajo, me fui "enganchando" más y más a su labor . Y no era para menos: esa muñequita de porcelana, aparentemente tan frágil y vulnerable, había logrado poner patas arriba al mundo científico, ella solita. Sus estudios sobre los chimpancés sacudieron a la comunidad científica y supusieron una revolución en nuestra manera de entender a los primates, un antes y un después.
Con su voluntad férrea y su gran amor y compasión por los animales Jane nos enseñó a todxs que el corazón puede más que la razón y que esos seres, a los que llamamos animales, son de hecho nuestros hermanxs de viaje y nuestrxs iguales.
La última vez que la vi en la TV fue en el programa de Broncano y me emocionó, como siempre, hasta las lágrimas. Qué capacidad de expresar su amor y conmover!
Y esa gran dama, ayer se fue de esta Tierra que tanto amaba, dejándonos un poco huérfanos, pero también transmitiendo un gran legado y una forma de observar el mundo desde la calma y la comprensión.
Desde el Amor más incondicional que surge del respeto por toda forma de vida.
Gracias Jane por inspirarnos, por entender y seguir con tu misión hasta el final y por tanto como nos has dado a todxs. Ojalá muchas generaciones sigan tu ejemplo.
Hasta ahora, Jane.
Con cariño y todos mis respetos.
Inma ❤