16/12/2025
¿Te toca cocinar estas Navidades y ya sientes el estrés antes incluso de sentarte a la mesa?
Entre prisas, comidas copiosas y esa sensación de “ya me he pasado”, no es raro llegar a las fiestas con el cortisol por las nubes y la digestión hecha un lío. Y no, el problema no es la comida en sí.
Cuando comemos con estrés, culpa o hambre acumulada, el cuerpo entra en modo defensa: peor digestión, más hinchazón y menos disfrute.
Por eso este menú no va de restricciones ni de “portarte bien”. Va de organizarte con calma, elegir platos que cuiden tu sistema digestivo y permitirte disfrutar sin miedo.
Comer despacio, sentarte tranquila, empezar con algo caliente, acompañar bien los platos y cerrar con un postre que se saborea sin culpa es una de las mejores decisiones hormonales que puedes tomar estas fiestas.
Menos estrés, mejor digestión y una relación más sana con la comida hacen mucho más por tu cuerpo que cualquier compensación posterior.
Si quieres pasar la Navidad sin hinchazón, sin ansiedad y sin castigarte después, este enfoque cambia por completo la experiencia.