29/10/2025
Podría recomendarte mil cristales (de verdad 😅),
porque tengo una pequeña obsesión con ellos —una mezcla entre fascinación y ritual.
Pero si tuviera que elegir solo algunos para empezar,
estos serían los que siempre tengo cerca en casa.
Empiezo por el cuarzo blanco, mi comodín.
Está en todas partes: limpia, amplifica y equilibra cualquier energía.
Es el cristal al que siempre vuelvo cuando quiero “resetear” el ambiente.
La shungit la tengo cerca del ordenador y de los móviles.
Ayuda a protegernos de la sobrecarga energética y a mantener la mente más clara.
(En una casa con adolescentes y wifi potente, es casi indispensable 😅).
La piedra de luna me acompaña siempre, conocida como el cristal de las brujas la uso, sobre todo cuando necesito conectar con la intuición o con lo femenino.
Tiene una energía suave, pero muy profunda.
La amatista siempre a mi lado al meditar, me ayuda a conectarme más profundo
Solo verla me recuerda que puedo soltar el control
El citrino me encanta para atraer claridad y abundancia,
pero sobre todo para recordarme que la abundancia no es acumular,
sino confiar en que siempre hay suficiente.
Y por último, la cornalina y el granate,
mis piedras favoritas para la autoestima y la vitalidad.
Ambas me recuerdan que estar enraizada también es una forma de estar presente.
💫 Si te apetece empezar tu propio mini altar de cristales,
estos son una base preciosa y fácil para comenzar.
Y si quieres que te recomiende uno según lo que estás viviendo,
escríbeme aquí qué quieres trabajar y te digo cuál te recomiendo. 🌙
Todos los míos son de
una tienda que adoro desde hace años: calidad preciosa, precios justos
y una energía de plena confianza.
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