
26/09/2025
Basta ya de juzgarnos 💔
Sé que esta época de “volver a los hábitos” después del verano puede apretar fuerte. Por eso traigo este mensaje, actualizado y con cariño, para acompañarte hoy..
Por esto, vuelvo a publicar este post por si te puede ser de ayuda.
¿Qué hay detrás de esas aparentes “excusas” para no moverte?
La pereza o desgana que te impide hacer actividad física puede estar ocultando algo mucho más profundo.
Dolor. Miedos. Heridas emocionales. Dificultades.
Como ese miedo a contactar con la herida de sentirte menos, rechazada, criticada…
Y entonces pasa algo completamente humano: tu mecanismo de defensa se activa.
Te quedas en casa, hecha una bolita, quieta.
Porque ahí es donde tu cuerpo y tu mente sienten que están a salvo.
Es como si, inconscientemente, te dijeras: “Si no me muevo, no me harán dañ*o.”
Esto es lo que realmente intentas evitar. Ese dolor. Y créeme, lo entiendo.
Por eso, proponerte conscientemente hacer ejercicio, aunque tengas las mejores intenciones del mundo, no es suficiente.
Si el movimiento o el deporte están asociados a experiencias dolorosas o traumáticas, tu mente inconsciente va a protegerte.
También puede pasar si estás comiendo menos de lo que necesitas. Pasar hambre estresa tu cuerpo.
Y por ello, aunque te propongas con todas tus fuerzas, algo va a aparecer para interrumpir tus planes.
Ese algo no es tu falllo, ni que no quieras de verdad. No es que “te pongas excusas”.
Ya lo has visto, ¿verdad?
Si te reconoces en esto, quiero pedirte algo: honra la función de tus comportamientos, que es: protegerte.
No necesitas validar el comportamiento en sí, pero sí la intención que hay detrás.
Solo estás tratando de cuidarte. Aunque no sea de la forma que quieres.
Juzgarte solo hará que te paralices más. Seguro que ya te ha pasado, no?
En cambio, tratarte con compasión y comprensión puede cambiarlo todo y abrirte a una nueva forma de relacionarte con el movimiento.
Y tú ¿alguna vez te has dicho o te han dicho que “te pones excusas”?
Un🫂❤️🩹