21/11/2025
Ojalá no vivas siempre en "modo defensa" para que puedas reconocer lo que te acaricia.
Porque cuando llevas demasiado tiempo preparándote para lo peor, el cuerpo aprende a anticipar golpes incluso cuando llegan cosas buenas.
Y no es que no quieras recibirlas; es que tu sistema ya no distingue amenaza de cuidado.
A veces el trabajo no es ser más fuerte, sino permitirte bajar la guardia lo suficiente como para notar lo que sí te hace bien.