29/08/2025
Muy buena descripción del TP narcisista y de su funcionamiento en las relaciones afectivas.
LOS NARCISISTAS Y SU LÓGICA DEL AMOR-ODIO ♂️♀️
La gran tragedia del narcisista es que estás ante una persona que, dado su trastorno, carece de la experiencia de sentirse amado. Ni se siente amado, ni puede amar, ni a ti ni a nadie. Ni siquiera se ama genuinamente a sí mismo. Ama su imagen en el espejo de las reacciones de los otros, ama su falso yo, perfecto y superior, que se inventó para sobrevivir, pero no ama su “sí mismo” real, que se esconde, roto y enfermo, detrás de la máscara. Sabe lo que es y se aborrece a sí mismo.
Alguien que no puede amarse por sí mismo, y que no puede amar recíprocamente a los demás, frustra su destino como ser humano. Aunque compense su vacío de amor con poder, dinero, aplausos, s**o, logros externos, interiormente es un agujero negro.
Frente a tu capacidad de amar, frente a tu bondad, tu generosidad, el narcisista se sabe moralmente inferior, ni siquiera es capaz de corresponderte. Ello despierta su envidia patológica, que saldrá a la luz en la devaluación y el descarte.
Como no tiene experiencia del amor, se hace experto en simularlo frente a otros, especialmente ante ti. Finge una conexión contigo que no es real, con ese señuelo logra que te vincules con él; aunque, emocionalmente, sea incapaz de establecer ningún tipo de lazo afectivo contigo. Esa fue la trampa en la que caíste.
Cuando conoces a fondo el narcisismo patológico, cuando logras identificar su lógica perversa, descubres que el narcisista, en realidad, odia ser amado. Se trata de una experiencia que le resulta francamente, intimidante, una amenaza a su inflado sentido de superioridad, un sentimiento que lo expondría a un apego que él rechaza con todas sus fuerzas. Atrincherado en su yo grandioso y tóxico, el amor lo convertiría en un ser débil y vulgar. El amor es contrario a su narcisismo patológico.
Si lo amas, él te despreciará. Lo paradójico del caso es que este amor que sientes, que en la mayoría de las víctimas se convierte en una adicción, ha sido inducido abusivamente por el propio depredador. Sabe que si logra que lo ames podrá manipularte, el amor te hace vulnerable a sus juegos malignos, así es como obtiene de ti el rico combustible que necesita como el aire para respirar.
En la fase de devaluación y descarte, si observa que aún lo amas y te dejas engañar, pensará que cómo es posible que seas tan débil o tan patético para amar a alguien tan abusivo como él, alguien que te ha maltratado de esa manera.
Así piensa el narcisista.
Si en vez de amarlo, respondes con odio a sus intentos por destruirte y humillarte, ese odio se convierte para él en un delicioso combustible que lo empodera sobre manera. Sabe que ha logrado afectarte profundamente cuando es capaz de despertar en ti, un sentimiento tan contrario a tu naturaleza empática como es el odio.
El narcisista puede comprender perfectamente el odio, se trata de una de las pocas emociones que él siente intensamente y que, a diferencia del amor, sí puede corresponder.
La mayoría de las víctimas son personas empáticas, gentes que creen en el amor, que rechazan el odio, e incluso que se muestran peligrosamente ingenuas al considerar que el amor es capaz de cambiar a otras personas, o de lograr lo imposible. El narcisista lo sabe, él elige continuamente personas con este perfil.
Si el narcisista logra que una persona con estas características se llene de odio hacia su persona, se sentirá inflado y poderoso. La ha arrastrado a su terreno, el del odio, en este campo se siente superior y en clara ventaja.
Dado que los narcisistas odian ser amados, y aman ser odiados, se sale de la trampa comprendiendo bien el problema: ni el narcisista te ama, ni te ha amado nunca, ni entiende tu amor, ni lo acepta, ni puede corresponderte. Amándolo te expones a su desprecio, a más abuso y más manipulación.
El amor no puede ser ciego, no puede estar reñido con la inteligencia, con la razón, con la verdad. Y la verdad es que esta persona ni puede amar, ni puede ser amada, salvo a costa de tu autoestima, exponiendo tu dignidad, tu integridad emocional y psicológica, tu libertad. Incluso, si así fuera, tu amor sería absolutamente inútil, no lograrías nada, él seguiría sin comprender tu amor. Es como pretender que un daltónico perciba los colores.
La opción tampoco es el odio, si odias a esta persona estás alimentando su narcisismo patológico, la estás surtiendo de un combustible de primerísima calidad, y te harías daño a ti mismo, porque el odio es siempre tóxico y destructivo.
El camino es la comprensión cabal del problema, la desconexión emocional con estos trastornados, y, siempre que sea posible, el Contacto 0, o el contacto mínimo, según sea el caso.
A veces es inevitable que sientas odio hacia esta persona que ha devastado tu vida. Ese sentimiento se va curando en la medida en que avanzas en tu recuperación de las secuelas del abuso, y vas comprendiendo el narcisismo patológico y su dinámica.
Un fruto hermoso y sanador, pero NUNCA OBLIGATORIO, de este proceso es cuando llegas a sentir una especie de compasión por estos seres rotos y oscuros.
La compasión no los puede cambiar, por supuesto, ni debe llevarte a bajar la guardia en tu decisión de Contacto 0, él sigue siendo una persona peligrosa y abusiva que, de hecho, no podría soportar saber que te provoca esa clase de "lástima".
La compasión te hace bien a ti, tiene efectos medicinales, significa que tu herida ha ido cicatrizando, y que eres capaz de enfrentar tu dolor y de comprender, sin justificarla, la tragedia del narcisista.
Compasión hacia ti mismo, compasión hacia otras víctimas, e incluso compasión hacia el mismo narcisista, que es víctima de su propio trastorno, aunque ya no tengas ningún contacto con él, ni tienes por qué tenerlo.
Ésa es la verdadera lógica del amor.
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