24/11/2025
Las creencias negativas son interpretaciones internas que una persona adopta sobre sí misma, los demás o el mundo, generalmente formadas a partir de experiencias difíciles, mensajes externos o aprendizajes tempranos.
Funcionan como filtros a través de los cuales se interpreta la realidad: si la creencia de base es “no soy suficiente”, incluso los logros pueden verse como casualidad o insuficientes, reforzando ese patrón mental.
Estas creencias suelen operar de manera automática e inconsciente, activándose especialmente en momentos de estrés o vulnerabilidad.
Aunque pueden dar una sensación de control o protección frente a posibles daños, en realidad generan malestar emocional, inseguridad y autolimitación.
Muchas veces se mantienen porque la persona selecciona la información que confirma esas ideas y descarta la que las contradice, creando un ciclo de retroalimentación.
Transformar las creencias negativas requiere identificarlas, comprender su origen y cuestionar su veracidad.
Terapias como EMDR, la terapia cognitiva o el enfoque sistémico ayudan a acceder a la emoción asociada y generar nuevas formas de interpretar la experiencia.
Cuando estas creencias se flexibilizan y se reemplazan por perspectivas más realistas y compasivas, se abre espacio para una mayor confianza, bienestar y libertad personal.