26/05/2023
Hola, amigos:
Cada dos o tres meses durante los últimos dos años, Margarita acaba en urgencias.
Ella tiene siete años y a partir de los cinco le sucede que de repente, sobre todo en la noche, se pone mal.
Se agita mucho y no puede respirar. Se le hunde el pecho y las costillas, jadea, se angustia, suda y sus papás corren a urgencias.
Ahí le ponen unas nebulizaciones con las que mejora rápidamente y la mandan a casa con unos jarabitos. Anda bien por un tiempo, hasta la siguiente tolvanera o hasta la próxima gripa. A veces, sin gripas ni tolvaneras, se pone mal, quién sabe por qué.
Por cierto, le están poniendo unas vacunas para las alergias, que porque con eso se le va resolver el problema, les dijeron a sus papás. Pero la verdad es que cada día está peor.
Margarita tiene asma.
Cuando la ausculto con mi estetoscopio, escucho pillidos y silbidos en su pecho, parece gaita escocesa. El oxímetro de pulso me marca 93% de saturación de oxígeno.
Trae consigo una radiografía, que le tomaron en una de esas veces que fue a urgencias. La radiografía muestra unos pulmones súper inflados. La placa se la tomaron cuando estaba en crisis y los pulmones están más inflados de lo normal, porque en el asma el aire entra, pero no sale.
¡Pobre Margarita! La sensación de ahogarse que sufre cada mes es algo que ya la tiene muy desesperada. Veo el miedo en su carita y la angustia en la de sus papás.
Es el colmo que Margarita esté así, porque para su problema hay solución. El tratamiento que le evitaría estas angustias existe y está a nuestro alcance desde hace décadas. No obstante, y ‘quién sabe por qué’, no se lo han indicado. Cuando se pone mal, le resuelven la crisis con un medicamento que le abre los bronquios rápidamente (un broncodilatador de acción rápida), por eso mejora, pero sus bronquios están inflamados la mayor parte del tiempo, con riesgo de volverse a cerrar en cualquier momento o por cualquier estímulo. Por eso no puede hacer ejercicio. ‘Le gana la tos’, me explica su papá.
La piedra angular del tratamiento del asma, son los esteroides inhalados en combinación con un broncodilatador de acción prolongada.
De esa manera, los bronquios de la niña permanecerán sin inflamación y sin constricción, abiertos.
El tratamiento del niño con asma moderada o grave no puede incluir sólo vacunas y broncodilatadores de alivio rápido como los que le ponen a Margarita en urgencias.
No lo digo yo, es un consenso mundial. Les dejo la liga:
https://www.healthychildren.org/Spanish/health-issues/conditions/allergies-asthma/Paginas/medications-used-to-treat-asthma.aspx?_gl=1*1pkr7ey*_ga*MTUzNDU3OTQzMi4xNjc0NTg2NDU5*_ga_FD9D3XZVQQ*MTY4NTAzNTc5MS4xNy4xLjE2ODUwMzYxNjMuMC4wLjA.&_ga=2.63440111.1186281469.1684977150-1534579432.1674586459
Si tu niño tiene asma y no mejora, si no puede llevar una vida normal porque la tos no la deja, si visitas urgencias con frecuencia y solo te lo están vacunando y resolviendo las urgencias, pregunta a tu pediatra si conoce la información que te estoy compartiendo en la liga.
Pongo esta nota porque Margarita es una niña de verdad, que vi recientemente en mi consulta. Niños como ella veo todo el tiempo, y me apena que estén sin tratamiento, porque una infancia con asma sin tratamiento es una infancia miserable. Me parece muy injusto.
Desde luego que cada niño responde de manera diferente al asma y los tratamientos se individualizan, pero estos son conceptos generales.
¡Saludos!