21/04/2025
¿Y si no son las situaciones, sino tu actitud, lo que determina cómo vives tu día a día?
En psicología sabemos que los eventos no tienen un significado intrínseco. Lo que realmente influye en cómo los experimentamos es la interpretación que hacemos de ellos.
La actitud mental es ese conjunto de pensamientos automáticos, creencias y expectativas con las que enfrentamos la vida cotidiana. Y aunque no siempre podemos controlar lo que sucede, sí podemos trabajar en nuestra disposición interna para responder con más flexibilidad, autocompasión y perspectiva.
Algunas estrategias basadas en la terapia cognitivo-conductual para mejorar tu actitud diaria:
Identifica tus pensamientos automáticos. Pregúntate: ¿Estoy interpretando esta situación de la manera más objetiva?
Reformula con intención. Cambia “esto es horrible” por “esto es incómodo, pero puedo manejarlo”.
Entrena tu atención. No es ignorar lo negativo, sino aprender a ver también lo que sí está funcionando.
Actúa como si… A veces actuar con calma, aunque no la sientas aún, puede ayudarte a generarla desde la conducta.
Recordá: una actitud saludable no es positiva a la fuerza, sino realista, flexible y con recursos para adaptarse.
¿Te has dado cuenta de cómo tu actitud ha cambiado una experiencia reciente?
Te leo en los comentarios.