
12/08/2025
Un estudio reveló que los perros tienen mayor intensidad en su cerebro al oler a su dueño, que al oler comida o compañeros perrunos. El innovador estudio de resonancia magnética funcional (fMRI) liderado por el neurocientífico Gregory Berns en la Universidad de Emory, reveló la profunda huella emocional que dejamos en nuestros perritos. Durante la investigación expusieron a varios perros a diferentes olores, y se descubrió que el aroma de sus dueños activaba el núcleo caudado con mayor intensidad que el olor de la comida o incluso de otros perros.
El núcleo caudado, es esa zona del cerebro ligada a la alegría, la recompensa y el afecto, la cual se iluminaba con mayor intensidad con el olfato de su dueño humano. Esta respuesta biológica es una poderosa evidencia que nuestro olor no es simplemente algo que reconocen, sino que desencadena una oleada de emociones positivas, una verdadera firma de amor y unión.