09/07/2025
—SECCIÓN GICAMédicos —
Journal of Clinical Medicine. 2025;14(6):2111.
Para la guardia de urgencias GICAMédicos
Excelente e interesnte revisión de fisiopatología, analizando ¿Qué hay mas allá ? de la triada mortal, será momento de agregar endoteliopatía, inflamación y eje neuroendocrino hipotálamo - hipófisis - suprarrenal.
Conoce breve reseña de la evolucion en la reanimación.
Propuestas para simplificar la toma de desiciones y tratamiento
Presenta propuesta de algoritmo para el manejo de pacientes con hemorragia traumática
1. La reanimación equilibrada no solo debe centrarse en la reposición sanguínea, sino también en la restauración y protección del endotelio, la regulación inflamatoria y el eje hipotaálamo - hipófisis - suprarrenal.
2. El daño endotelial es un componente crítico en el trauma hemorrágico y su manejo debe ser un objetivo terapéutico para mejorar la supervivencia. Esto debes tener en cuenta.
3. Más del 50% de los pacientes con trauma moderado a severo presentan hipocalcemia, la cual impacta negativamente en la coagulación y función cardíaca; su corrección temprana es esencial.
4. El ácido tranexámico (TXA) es seguro y efectivo cuando se administra precozmente en pacientes adultos con hemorragia sospechada o confirmada, disminuyendo la necesidad de transfusiones.
5. En pediatría, la reanimación debe reconocer la capacidad de compensación circulatoria incluso con pérdidas sanguíneas del 40%, lo que hace más difícil la detección temprana del shock hemorrágico.
6. El uso de sangre total en trauma pediátrico ha demostrado reducir los requerimientos de transfusión globales, favoreciendo un balance 1:1 en la transfusión de componentes.
7. La evidencia del beneficio del TXA en niños es inconsistente; en algunos estudios se ha asociado a un aumento en la incidencia de convulsiones, por lo que su uso debe ponderarse cuidadosamente.
8. En adultos mayores, la hemostasia y la respuesta inflamatoria son alteradas; la reanimación con sangre total puede mejorar los resultados hemostáticos en esta población.
9. Los protocolos de reanimación deben contemplar barreras logísticas, incluyendo el tiempo para obtener productos sanguíneos y la disponibilidad prehospitalaria, estableciendo terapias adjuntas que mantengan la función vascular.
10. La vasopresina, administrada temprano y de manera sostenida, puede potenciar los efectos hemodinámicos de la restricción hídrica y mejorar la supervivencia en modelos de choque hemorrágico.
11. Sin embargo, el uso prematuro e indiscriminado de vasopresores puede ser dañino, por lo que se requiere precaución y evaluación clínica cuidadosa.
12. La disfunción endotelial y la degradación de la glicocálix contribuyen a la pérdida de la hemostasia, y estrategias para proteger esta barrera pueden ser clave en el manejo.
13. La pesquisa de biomarcadores específicos relacionados con la lesión endotelial y la respuesta neuroendocrina puede guiar terapias personalizadas en el futuro cercano.
14. La administración temprana y balanceada de componentes sanguíneos (plasma, plaquetas y glóbulos rojos) es fundamental para evitar la reanimación desbalanceada, que puede agravar la coagulopatía y la inflamación.
15. El trauma induce activación simultánea de múltiples sistemas fisiológicos; la reanimación debe ser multidimensional, superando la mera reposición volumétrica.
16. El reconocimiento y tratamiento de la hipotermia, acidosis e hipocalcemia continúan siendo pilares esenciales de la reanimación inicial.
17. La respuesta al trauma en pacientes pediátricos y geriátricos requiere estrategias adaptadas, dadas sus diferencias fisiológicas y respuestas hemostáticas.
18. Estudios actuales y en desarrollo (como CAVALIER, bioTROOP y MATIC-2) buscan optimizar el uso de vasopresores, calcio y sangre total para mejorar los protocolos de resucitación.
19. La implementación de protocolos debe considerar infraestructura, entrenamiento y disponibilidad, con estrategias para minimizar retrasos en la administración de hemoderivados.
20. Finalmente, una reanimación verdaderamente equilibrada implica no solo restaurar el volumen sanguíneo, sino también preservar la función endotelial, modular la inflamación y mantener la estabilidad neuroendocrina para mejorar resultados en trauma hemorrágico.
GICAM PUEBLA POR UNA MEJOR MEDICINA DE URGENCIAS
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https://doi.org/10.3390/jcm14062111