14/06/2025
LA PREMENOPAISIA
Es el ciclo previo a la Menopausia en el ya podemos empezar a notar algunos cambios en nuestro cuerpo. Nuestros períodos menstruales comienzan a ser irregulares y en esta fase, se han observado ya síntomas vasomotores, problemas de piel y sensación de sequedad en las mucosas. Se pueden empezar a experimentar molestias durante las relaciones sexuales. Estos síntomas son señales de que nos estamos acercando ineludiblemente a la menopausia.
Los síntomas más comunes de la menopausia
Siguiendo con los síntomas y cómo mejorarlos, el más común de la menopausia y el que trataremos en este post, es el sofoco. Seguro que habéis escuchado hablar a familiares o amigas de ellos, o habéis visto alguna mujer abanicándose aunque no haga calor. Son sensaciones de calor repentinas que invaden todo nuestro cuerpo y no podemos explicar con exactitud de dónde vienen. A veces van acompañadas de rojeces en ciertas partes del cuerpo como espalda, pechos y brazos. Los sofocos pueden aliviarse con un estilo de vida sano.
Cuando las mujeres comienzan a entrar en la menopausia, es común que también experimenten cambios físicos. La progresiva pérdida de la capacidad de los ovarios para producir las hormonas afecta directamente al incremento de peso:
Los estrógenos ayudan a metabolizar la grasa. Al descender sus niveles, quemar los lípidos se hace cada vez más difícil y tienden a acumularse.
Asimismo, el descenso en la producción de la progesterona incide en una mayor retención de líquidos, también ligada al aumento de peso.
El metabolismo se ralentiza y el organismo necesita menos energía para mantenerse. De ahí que, ingiriendo cantidades similares a las de antes, parezca que engordamos más. La grasa tiene más facilidad de acumularse en esta etapa, por lo que realizar ejercicio físico a diario es una de las recomendaciones más populares entre los médicos. Si sufres de sobrepeso, es probable que los sofocos sean más fuertes y duren más. Lo primero que podrías notar es un cambio en tu figura. La distribución del tejido graso se modifica: en la etapa fértil, este se acumula principalmente en muslos y caderas. Al entrar en la menopausia, este tejido adiposo tiende a reubicarse en la zona abdominal y alrededor de nuestros órganos internos.
Además, el tejido muscular se modifica y pierde su tonificación. La musculatura no puede sostener la mayor concentración de grasa y tiende a caer, aumentando la flacidez.
El aumento de peso trae consigo otros problemas para la salud, como el mayor riesgo de padecer diabetes, enfermedades cardiovasculares, osteoporosis, osteoartritis, obesidad, deterioro cognitivo o depresión, entre otras. Como ves, son razones de peso para cuidar y controlar la báscula.
Los beneficios del ejercicio físico son de sobra conocidos para el organismo, pero cobran una importancia aún mayor durante esta etapa. Ejercitarte es la mejor opción que puedes tomar para mitigar la llegada o los efectos de estas dolencias. No es ya una cuestión de adelgazar, sino de mejorar tu condición física, algo que te ayudará a mantener la buena salud en el futuro. El ejercicio durante la menopausia te ayudará a: