07/09/2025
Hay de todo en la vida y no hay que juzgar. Si bien no comprendo del todo a esta mami, porque yo no podría estar separada de mis hijos, entiendo sus motivos y sobre todo los respeto, porque sí que da mucha impotencia que, tras toda una larga historia de vida y de que son ellos los infieles y mentirosos, todavía se den el lujo de reiniciar su vida así como solteros con la nula responsabilidad de ver, disfrutar, procurar y proveer de atención y de calidad de tiempo a sus hijos por estar velando por los intereses de otra pobre ingenua que piensa que le tienen lealtad, fidelidad y respeto, cuando es evidente que ni los conocen realmente ni conocen la realidad de las cosas. La madre a veces queda como la mala ante esas otras que desconocen realmente la historia, hay nenas, platiquen con la ex en buen plan y pidanle permiso de revisar su chat con él en su cel. Ya que a veces piensan que el victimario fue "la victima" ya que aparenta ser tan bueno que hasta por sus amigas, familia y entorno se preocupa... hay amigas, dense cuenta... es solo el principio de la historia, la conocida etapa de enamoramiento y solo es eso, y si ni al inicio les fueron fieles y sinceros el chiste se cuenta solo... y eso no tiene nada que ver con el amor, creanme, la gente que es así ya no cambia, piensenla, si le hicieron daño y traicionaron a la madre de sus hijos "al amor de su vida" esa que por fin decidió de forma tajante dejarlo tras tantas mermas y burlas, imagínate a ti. Me dan tanta ternura de veras, tiempo al tiempo. Pero ojo, si el tipo es mentiroso, la que se lo queda pierde.
Por eso, aunque no comprendo a la mujer de la siguiente historia, si que la respeto, esta canijo quedarse una con toda la responsabilidad cuando ellos gozan de total libertad sin nada de empatía, compromiso y menos un poquito de responsabilidad afectiva.
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👉 Las mujeres de ahora son diferentes: ya no se quedan calladas, ya no aceptan cargar con todo lo que la sociedad les impone. Deciden sobre su vida, sobre su cuerpo y hasta sobre su maternidad.
Pero esta historia también es un mensaje duro para otras mujeres: abrir los ojos antes de dar un paso tan importante, para no repetir los mismos errores.
Te dejamos aquí el relato completo, contado con sus propias palabras:
Me quiero divorciar y no quiero la custodia de mi hija. Tengo 31, mi esposo 33 y hemos estado juntos por 7 años, casados por 4. Desde el principio mi esposo me dijo que él quería ser papá y que le emocionaba la idea. Yo siempre le dije que, bueno, mi miedo… era ser madre soltera y tener que dejar mi carrera, mis sueños y hacerlo sola básicamente. Entonces yo siempre le comuniqué estos miedos a él.
Como llevamos siete años de novios, ese miedo era como que mucho más constante. Ya cuando nos casamos me sentí un poco más segura de que era en serio, ya lo conozco mucho tiempo, comencé a ceder a la idea. Yo me sentí muy segura con él, estaba súper enamorada. Cuando yo le comuniqué mis miedos, él me dio toda la seguridad de que eso jamás nos iba a suceder a nosotros. Dijo las cosas correctas e intentamos comenzar a buscar bebé.
Dos años después de habernos casado, tenemos a la bebé, pero cuando yo estaba embarazada fue demasiado, demasiado duro para mi cuerpo. Tuve muchos problemas de salud. Yo me quedé hasta discapacitada y casi que no sobreviví. Fue un postparto como de seis meses a…
Así que yo básicamente me la pasaba en el hospital, no podía estar mucho con el bebé. Mi esposo se distanció y estaba como que enojado conmigo porque yo no le ayudaba. No es que yo no cuidaba a mi hija ni que la descuidara, pero tenía que yo estar bien para poder estar bien para ella.
Pasaron como estos seis meses y ella pudo regresar a la casa porque para eso yo entraba y salía del hospital y el ni siquiera me hablaba. De hecho todavía estoy en recuperación, yendo a terapia y no estoy al 100%. Yo comencé a ayudar un poco más con todas las cosas de la casa y así, y por todo él se enojaba, de por sí no me hablaba, pero por cualquier cosa pequeña él se enojaba.
Nueve meses después, o sea, del posparto, nueve meses después de que nació la bebé, yo consigo otro trabajo y las cosas como que comenzaron a mejorar, según yo. Después del cumpleaños número uno de mi hija, me pide divorcio y me dice que se desenamoró de mí y que está listo para comenzar, para comenzar una nueva vida.
Esto me dejó totalmente en shock y yo dije, pero si estábamos mejor, o sea, ahora último las cosas han estado mejor y me dice, lo que pasa es que ya había tomado la decisión de irme y él se sentía menos infeliz, por eso él estaba menos enojado y peleábamos menos.
Todo eso sucedió el sábado después de la fiesta de cumpleaños, el sábado. Como era fin de semana yo sabía que él iba a estar en la casa así que empaqué todas mis cositas y me fui hasta el domingo por la noche. No le dije nada a nadie, no hablé con nadie. Él obviamente se enojó de que lo volvía a dejar solo con la niña, era como que no quería cuidar a su hija y eso era lo que lo frustraba cuando ya regresé después de meditar tanto.
Lo senté, le hablé y le dije, ¿sabes qué? Si te voy a dar el divorcio, no te voy a pedir nada, no te voy a pelear por nada, pero tampoco quiero la custodia de la niña. Y antes él estaba enojado, ahora explotó, comenzó a decirme todo lo que él piensa o siente de mí, que yo soy una madre horrible, que no serví para ser mamá, que soy una débil por no poder cargar a la bebé, y encima que ahora la quiero abandonar.
Yo le dije que de ninguna manera la estoy abandonando, yo voy a estar presente, la voy a visitar pasando cada dos semanas, los fines de semana me la llevo, le voy a pagar la manutención, pero que de ninguna manera yo voy a ser madre soltera. Yo se lo dije desde un principio.
Se puso absurdamente violento y comenzó a gritar que yo le estaba arruinando su vida a propósito. Agarré mis cositas, le di un beso a mi hija y me volví a ir. Yo sabía que con esa ira y esa rabia que él tenía adentro, no íbamos a llegar a ningún acuerdo, no íbamos a poder hablar y comunicarnos desde que él sintiera lo que tenía que sentir.
Un par de días después me escribe su mamá, es decir, la abuelita de mi hija, y me dice que ella no entiende como yo, como mamá, que una mamá no puede dejar a sus hijos nunca, que la niña se está quedando con ella, que el hijo la dejó con ella. Yo le dije, literalmente, un niño no se hace solo, es de dos, hay papá y mamá. Y que él no puede simplemente hacer como que voy a reiniciar mi vida y hacer como si nada sucedió.
Mucho menos después de que yo casi me desvivo, que no es mi culpa que él tenga algún resentimiento hacia mí por algo que yo no tuve el control.
Él me ha llamado y llamado incansablemente preguntándome que cuándo voy a regresar para que me lleve la niña. Y yo le digo ya conversé contigo, ya te dije lo que va a suceder, yo no, yo te voy a dar la custodia a ti, yo la amo inmensamente.
Justamente siempre voy a estar ahí para ella y le voy a proveer, pero no voy a ser su madre principal.
Las decisiones de pareja y maternidad/paternidad son personales. Esta historia busca reflexionar sobre acuerdos de custodia responsables y el bienestar de las y los menores. Si estás pasando por algo similar, busca orientación legal y apoyo emocional.