11/11/2024
¿Sabías que la calidad de tu sueño puede influir en la salud de tu microbiota intestinal? 💤🧠
Diversos estudios muestran que el microbioma intestinal no solo influye en las funciones digestivas, metabólicas y del sistema inmunológico, sino que también interviene en la regulación del sueño y en el estado mental. Esto sucede a través del eje microbiota-intestino-cerebro, una conexión que interactúa estrechamente con emociones, el estrés físico y los ritmos circadianos (los ciclos internos de sueño y vigilia). Los patrones de sueño pueden verse alterados por cambios en la permeabilidad intestinal, la actividad del sistema inmunológico, procesos de inflamación, el uso de energía y la diversidad de bacterias presentes. En estudios con ratones, se ha observado que tanto la cantidad de microorganismos intestinales como la presencia de ciertas especies, como 𝘉𝘢𝘤𝘵𝘦𝘳𝘰𝘪𝘥𝘦𝘵𝘦𝘴 y 𝘊𝘭𝘰𝘴𝘵𝘳𝘪𝘥𝘪𝘢, fluctúan durante el ciclo de luz y oscuridad. Durante su fase activa, los ratones muestran una mayor cantidad de bacterias y un aumento en 𝘉𝘢𝘤𝘵𝘦𝘳𝘰𝘪𝘥𝘦𝘵𝘦𝘴, mientras que en su fase de reposo la cantidad de bacterias disminuye y predomina el filo 𝘍𝘪𝘳𝘮𝘪𝘤𝘶𝘵𝘦𝘴. Además, el reloj biológico (o circadiano) está estrechamente ligado al estado de ánimo, y estudios clínicos indican que las alteraciones de estos ritmos, como el desfase horario o la falta de sueño, pueden desencadenar cambios de humor y problemas de sueño. Recordemos que la microbiota intestinal se ve afectada por factores ambientales, hábitos personales, y especialmente por la dieta y los nutrientes que consumimos. Estudios en humanos y animales privados de sueño muestran que los trastornos del sueño se asocian con alteraciones en los genes del reloj, afectando y aumentando la vulnerabilidad a trastornos relacionados con el estrés (Wagner-Skacel et al., 2020).
La calidad y duración del sueño son factores clave para mantener una microbiota intestinal saludable, aunque es importante considerar la relación cíclica que existe entre ambos. El microbioma influye en el desarrollo de diversas enfermedades crónicas, como el asma, las enfermedades cardíacas, la diabetes y la obesidad, todas relevantes en la sociedad actual. Estudios recientes muestran que la microbiota intestinal y sus metabolitos siguen un ritmo diario que se ajusta principalmente al ciclo de alimentación y ayuno. Sin embargo, factores como el desfase horario crónico, una dieta alta en calorías y la falta de ciertos genes del reloj biológico pueden reducir estas oscilaciones en la composición de la microbiota (Matenchuk et al., 2020).