
03/09/2025
Muchas veces creemos que el problema está en la persona: en lo que hizo, en lo que dijo, en lo que no pudo dar. Pero la raíz va más profundo.
El verdadero problema no siempre está en el presente, sino en las heridas que arrastramos del pasado, en las necesidades no resueltas que nos hacen buscar afuera lo que falta adentro, en el ego que nos impide ceder o pedir ayuda.
No eres tú. No es él. No es ella.
Son las historias no sanadas que se encuentran, los vacíos que se chocan, los miedos que se disfrazan de enojo o de indiferencia.
Cuando entendemos esto, dejamos de buscar culpables y empezamos a mirar con más compasión. Porque al final, todos estamos intentando amar con las herramientas que tenemos… aunque a veces esas herramientas estén rotas.
Sanar es responsabilidad de cada uno.
Y solo desde ahí una relación puede construirse de verdad.