En el siglo pasado la enfermedad mental era considerada como un proceso en el que poco o casi nada habría que hacer y prácticamente fue derivada a su atención médica tanto general como especialistas entre ellos al psiquiatra, sin embargo, para los países desarrollados no se ha perdido la atención al estado de salud mental definiendo este por la OMS como un estado de bienestar en el que la persona realiza sus capacidades y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad. En este sentido positivo, la salud mental es el fundamento del bienestar individual y así del funcionamiento eficaz de la comunidad, la salud mental individual es determinada por múltiples factores, sociales, psicológicos y biológicos. La declaración de Helsinki y los planes Europeos en 2005 tienen como finalidad la defensa de los derechos humanos y la preeminencia del derecho. Con lo anterior, es evidente que hoy tenemos que cambiar la visión de salud y enfermedad mental. Así, primero al hablar de salud mental hacemos referencia al concepto de bienestar y las habilidades para adaptarse a la adversidad, es decir, enfrentarnos a la adversidad sin perder el equilibrio emocional. Hoy en día existen múltiples factores posibles de “desestabilizar” al individuo por mencionar; una familia disfuncional, el aumentar la edad de sobrevivencia, violencia y drogadicción entre otros no menos importantes. Retomando la importancia de la Psicología en la actualidad esta resurge como una disciplina útil para guiar y alfabetizar a la población. Considerando alfabetizar a la psicoeducación e información a población general sobre patología mental, prevención, recursos, orientación, etc. En nuestro tiempo los medios de comunicación son instrumentos ideales para este tipo de intervenciones. Con este enfoque estamos empezando a trabajar y que de hecho ya se han intentado esfuerzos para buscar la anhelada “salud mental”, sin embargo, no es difícil suponer que las intervenciones son escasas debido a lo relativamente novedoso y a la dificultad para su implementación. Resulta imperativo concienciar a políticos y funcionarios nacionales y estatales la necesidad de atender la salud mental de la población misma que ya en países desarrollados se lleva a cabo. Al unir esfuerzos en una sola dirección será posible lograr el objetivo; difundir la psicoeducación que es tarea de instituciones públicas, privadas, gubernamentales y no gubernamentales, psicólogos y a fines a la psicología, facultadores de la educación psicoemocional, todos reunidos en una “campaña” psicosocial que bien puede ser guiada y promovida por una Federación de psicólogos que en conjunto realicen una misma labor: La Psicoeducación en el estado de Durango.