24/05/2024
Es un hecho ampliamente documentado que en épocas de gran calor incrementa la tasa de suicidios, crimen y violencia, pero el incremento de un grado centígrado en la temperatura ambiente también aumenta la probabilidad de experimentar depresión o ansiedad, sobre todo entre quienes ya habían tenido alguno de estos problemas de salud en algún momento de su vida.
Gran parte de esto se debe a la falta de sueño reparador, pues cualquiera que haya vivido una ola de calor sin el beneficio de un buen ventilador o aire acondicionado sabe que un sueño de calidad se vuelve muy difícil de alcanzar y la aparición de dificultades de memoria y concentración, además de un aumento de mal humor e irritabilidad se vuelven la norma.
En condiciones de calor extremo, como los calores históricos que estamos viviendo en todo el territorio nacional, el cerebro deja de atender varios procesos fundamentales mientras intenta disminuir la temperatura de nuestro cuerpo al percibirla como si estuviéramos enfermos y tuviéramos calentura.
En efecto, en tales condiciones, la producción cerebral de serotonina está afectada.
La serotonina es el principal neurotransmisor relacionado con nuestro estado de ánimo; sin embargo, también participa en varios de los procesos que ayudan a la regulación de la temperatura de nuestro cuerpo, como al transmitirle la información sobre la temperatura de nuestra piel al hipotálamo, una parte de nuestro cerebro que controla respuestas como el temblor durante el calosfrío o la sudoración frente al calor.
Así, las tensiones acumuladas sobre el sistema mental tienden a mermar nuestra capacidad de adaptarnos y nuestra resiliencia, lo que se agrega al impacto neurofísico que el calor extremo ejerce sobre nuestro cerebro, principalmente entre quienes tienen un problema de salud mental, pero también en niños, ancianos y mujeres en el climaterio.
La moda contra la sal, que solo encarece el agua embotellada que nos venden, contribuye al problema pues la sal es necesaria en muchos procesos fisiológicos, incluído el correcto funcionamiento cerebral, por lo que durante estas históricas olas de calor debemos aumentar nuestro consumo de agua, pero también debemos reponer las sales que perdemos al sudar.
Tomar un agua mineral o una bebida comercial con electrolitos podría ser una buena medida, pero si estás expuesto al sol durante mucho tiempo o realizas actividades físicas que hacen que sudes en exceso puedes preparar tu propia bebida casera con electrolitos agregando a un litro de agua de la fruta que prefieras:
* Una cucharada cafetera de sal yodada.
* Una cucharada cafetera de bicarbonato de sodio.
* Dos cucharadas soperas de azúcar.
La restricción de agua y sal solo es útil en casos muy concretos de salud, principalmente en pacientes con insuficiencia cardíaca, insuficiencia renal o insuficiencia hepática, pero aún entre ellos estas medidas deben aplicarse de forma individual.