22/07/2025
Enseñarle a un niño que tiene derecho a decir "no" ante cualquier solicitud de contacto físico, sin importar quién la haga, es un acto de respeto, no de grosería.
Promovemos la amabilidad, la gratitud y la empatía, sí, pero esos valores no dependen de dar besos o abrazos. Un niño puede ser afectuoso y respetuoso sin tener que ceder su cuerpo como muestra de educación.
Es posible que algunos adultos se sientan incómodos si un niño no quiere dar un beso o un abrazo, pero es necesario recordar que cada persona, incluso un niño, tiene derecho a decidir cómo expresar su afecto, cuándo y con quién.
Enseñar límites saludables desde la infancia no solo protege la integridad física, también fortalece la autoestima, el respeto por sí mismos y la capacidad de construir vínculos sanos.
Cuando les enseñamos a reconocer y cuidar sus propios límites, también les estamos mostrando cómo respetar los de los demás, y eso es clave para toda relación futura.
PSICÓLOGA MÓNICA TRIANA
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Asesoría en Crianza y Educación Emocional
