20/04/2023
Soy Beatriz Acosta, Terapeuta Gestalt y psicocorporal. En este primer espacio, quiero compartirte un poco acerca de mi camino. Las siguientes líneas tienen como propósito que sepas un poco más sobre quién soy y de dónde ha surgido mi inspiración y formación para dedicarme a esta área interminable del autoconocimiento y el desarrollo de la conciencia.
Mis vivencias personales, mi curiosidad y mi ganas de comprender los conflictos en mis relaciones más cercanas, me llevaron a interesarme en la psicología desde la adolescencia. Decidí estudiarla profesionalmente y hoy considero que es la base de todo el camino recorrido hasta ahora.
Algunos años no tuve muy claro en qué área profesional quería desarrollarme, así que tomé las oportunidades que en ese momento se me presentaron, y desde mis últimos años universitarios tuve varias experiencias laborales en distintas empresas en el área de Recursos Humanos, sin embargo, aún cuando aprendí mucho en ese ambiente laboral, una voz interna me decía que algo más esperaba por mí, fuera del ámbito empresarial.
El movimiento corporal siempre ha estado presente en mi vida. Desde muy pequeña me encantaba bailar y hace ya varios años que la práctica y la filosofía del Yoga llegaron a mi vida. Pero fue en 2012 que un plan de estudios sobre la Maestría en Terapia Gestalt llegó a mis manos. Descubrí que este enfoque psicoterapéutico resonaba con mi búsqueda personal y fue allí que sentí el llamado a iniciar un gran viaje de aprendizaje que aún continúa.
Me llevé una gran sorpresa al descubrir que estudiar y aprender el enfoque Gestalt no se trataba de una maestría teórica sino completamente vivencial. Eso rompió con muchas de las estructuras mentales y emocionales que hasta ese momento había construido. Mi pasión por la lectura e investigación se potenció, y fue allí que pude sentirme capaz de poder acompañar a otras personas en sus procesos de desarrollo personal.
Mientras cursaba la maestría, noté que algunos de mis maestros y maestras utilizaban una técnica muy “singular”. Me sorprendía cómo al hacer cierta clase de movimientos o presionando puntos específicos en el cuerpo, comienzan a liberarse memorias y emociones, ayudando a acelerar el proceso psicoterapéutico. Mi mayor impresión fue cuando yo misma lo experimenté, y en ese momento pude ser testiga de que mi cuerpo guardaba memorias, registros, emociones y sensaciones de las que yo no había sido consciente.
Ese trabajo fue un parteaguas en mi vida, pues me permitió poder mirar cuál era y dónde estaba una de mis heridas más profundas. Fue así como decidí integrar a mi formación esta herramienta cursando el Entrenamiento en Integración Energética (conocido como Terapia Psicocorporal).
Aún sigo avanzando, recorriendo mi propio sendero y viviendo mis propios aprendizajes como ser humana. Toda mi formación es un tesoro para mi, y no hay nada más valioso que poderlo compartir con mis pacientes y ofrecerles un acompañamiento cada vez más humano, personalizado e integral.
Gracias por leerme !