22/07/2025
Esto no es un rezo, es una declaración. No estás pidiendo permiso ni esperando algo de fuera. Estás reconociendo tu verdadera identidad, que es inseparable de lo Divino. No hay un "Dios" allá afuera al que debes rogar, sino una unidad intrínseca con la Fuente.
La Carga de la Falsa Identidad
Hemos vivido creyendo que somos pequeños, limitados, llenos de defectos y separados. Esa es la carga que nos hace sufrir y nos impide alcanzar nuestras metas sin agonía. Esta lección te invita a soltar esa vieja narrativa. Cuando invocas tu "propio nombre" en unión con el de Dios, estás liberándote de la ilusión de la carencia y la escasez. Te estás recordando que tu origen es perfección y amor ilimitado.
Acción: Suelta el Esfuerzo
Si ya eres uno con la Fuente de todo bien, ¿qué más tienes que hacer? La respuesta es: menos. Deja de luchar, de forzar, de "esforzarte" para conseguir lo que ya te pertenece por derecho. La verdadera acción es interna: es la aceptación radical de tu unidad. Cuando te alineas con esta verdad, tus metas no se alcanzan con sufrimiento, sino con una expansión natural y gozosa de lo que ya eres.
Para la Práctica Diaria:
* Deja de Pedir, Empieza a Afirmar: En lugar de "Dios, dame...", es "Yo soy la expresión de...".
* Mira Más Allá de las Apariencias: Cuando te sientas limitado, repite la lección y recuerda que esa limitación es una ilusión. Tu verdadero poder está en tu identidad unificada.
* Actúa Desde la Abundancia, No la Carencia: Si eres uno con la Fuente, ¿cómo actuaría esa Fuente en tu situación?
Esta lección te invita a dejar de buscar afuera lo que ya está en tu interior. Es la clave para desmantelar el sufrimiento y avanzar hacia tus metas desde un lugar de paz y poder.
Y cuéntame… ✍️
¿Qué resonó más contigo?