18/09/2025
Nos cuesta elegirnos porque nos entrenaron para mirar hacia afuera antes que hacia adentro.
No es incapacidad, es un guion heredado: “sé bueno, da, cede, aguanta”.
Y claro, cuando intentas romperlo y volteas a verte, el eco del pasado grita “egoísta”.
Pero no, elegirte no es egoísmo, es cordura.
El sacrificio constante no es amor, es desgaste.
El verdadero amor incluye cuidado mutuo, y dentro de ese “mutuo” también estás tú.
Romper con esa “ley familiar” no es traición, es evolución.
Es darle a la siguiente generación permiso para amarse sin culpas.
Porque cuando aprendes a no autoanularte, enseñas con tu vida que el amor más honesto empieza en casa: dentro de ti.